Hoy traigo un post diferente, hoy te quiero hablar un poco más sobre este pequeño rincón que creé hace 4 años en la inmensidad de Internet.
Algunas me conocéis ya mucho, y sabéis de mi pasado antes de dedicarme a la fotografía. Porque antes de esto hacía otras cosas, pero lo que tienen en común mi pasado y mi presente es que siempre me ha gustado trabajar como autónoma.
Está claro que no es, precisamente, por lo fácil que nos lo ponen en este país. Sino porque me gusta ir por libre, no tener a nadie que me diga cómo tengo que hacer las cosas, inventarme mi propia realidad, y eso pasa por gestionarse sola.
No es nada fácil, ya no sólo en el plano económico, sino en el personal. Tener un negocio, por pequeño que sea, es como tener un hijo que te demanda constante atención y que no te duermas en los laureles si quieres que todo siga funcionando a tope.
Montones de decisiones diarias, decisiones que, si trabajas sola, tomas sola.
Toneladas de miedos a los que te enfrentas cada día; «seré suficientemente buena, a la gente le gustará lo que hago, y ¿si algo sale mal?».
El camino, como digo, es duro y solitario.
El día que comenzaron a cambiar las cosas.
Un día, en ese camino tan solitario, encontré a una persona que llenó mis días de compañía. Seguro que muchas la recordaréis, porque es difícil de olvidar. Su nombre es Verónica, y con ella aprendí lo que es tener aún más responsabilidades. Tener a alguien trabajando contigo (no me gusta el término «trabajando para mí»), es muy difícil. Te obliga a pensar en otra persona, en cómo repercutirá en ella todo lo que hagas y, por supuesto, te hace sudar pensando que quizás, un mes, no tengas suficiente dinero para pagarle.
Pero también descubrí lo increíble que es trabajar acompañada, poder contarle tus penas a otra persona y compartir alegrías y tristezas del día a día de tu trabajo.
Alguien por fin veía y sentía en primera persona lo que era estar detrás de todo esto día y noche, sin descanso.
En algún momento del camino, nos tuvimos que separar. Fue duro. Yo la sigo queriendo un montón, y me consta que ella a mí también.
Me alegra decir que somos amigas y que sabemos que, aunque nos separen muchos kilómetros, podemos seguir contando la una con la otra.
Cambios y más cambios.
Buscar a otra persona me aterrorizaba, la verdad. La primera vez fue sencillo. Vero estaba ahí, la conocí en mis cursos, fue alumna durante mucho tiempo, y la evolución que hicimos fue algo natural. Yo sabía que era buena en todo lo que se propusiese, le venía de serie, y yo lo supe ver y eso hizo que todo rodara sin grandes esfuerzos.
La segunda vez fue diferente. Yo ya necesitaba a alguien sí o sí. Había sentido la libertad de aligerar equipaje, cargas y muchas horas de trabajo. Había empezado a saborear lo que era trabajar a mi manera, pero acompañada, y no podía dejar escapar todo lo que eso suponía.
Y de repente, como por arte de magia, Tere se cruzó en mi vida en una formación en la que coincidimos.
Yo tenía por delante un año de mucho trabajo y sobre todo, de muchos cambios. No me había dado cuenta, pero todo empezó cuando contraté a otra persona, y todo este tinglado dejó de ser algo sólo mío. Me costó entenderlo y verlo, aunque podía parecer muy evidente para otras personas.
Y, aunque acojonada por el miedo a un nuevo cambio, a la incertidumbre de contar con alguien que no conoces de nada me tenía bastante alerta, Tere consiguió meterse de lleno en mi espacio y hacerse con él. Hemos trabajado mucho, ¡pero mucho!, para conseguir la tranquilidad en la que ahora nos encontramos. Pero ha sido un camino divertido y cómodo.
Te presento a Tere.
Muchas la conocéis porque firma los mails que nos mandáis. Y yo, hasta ahora, también la conocía de esa manera, ¿te lo puedes creer? No nos habíamos conocido en persona aún.
Es lo que tiene «esto del Internet». Que puedes estar trabajando con alguien a muchos kilómetros de distancia, y notarlo más bien poco.
Pero al fin nos pusimos piel este fin de semana, y hemos trabajado un poquito, pero sobre todo nos ha dado tiempo a charlar y a vernos las caras, que ya era hora tras 10 meses trabajando juntas.
Gracias Tere, por acompañarme en este camino lleno de baches, y hacer de él algo más divertido y sobre todo, algo menos solitario ♥
¡Me ha sorprendido saber que todavía no os habíais visto en persona! Me alegra que por fin os pusierais piel. Pero lo que quería decir, como persona que esta semana solo verá flores, que me encanta la foto de las flores y las bombillas.
Jajaja, Raquel! Ánimo con esas flores. Gracias por pasarte y comentar.
Un besote ♥
QUE BELLA HISTORIA REBE, EN ESPECIAL HABLAR DE LAS PERSONAS EN PARTICULAR DE «TUS AMIGAS» QUE IMPORTANTE (ESA FAMILIA QUE ELEGIMOS) Y ADEMÁS SABER QUE SON PARTE DE TU PASADO Y PRESENTE Y DE TU CRECIMIENTO QUE IMPORTANTE ES. ME ENCANTÓ TU RELATO. SALUDOS DESDE ARGENTINA.
ALEJANDRA.
Muchas gracias por tus palabras Alejandra.
Un abrazo grande ♥
Maravilloso post Rebe!
Un beso enorme y a seguir creciendo porque tus fotos son un sueño para los que las admiramos.
Muak!
Gracias amore!! qué bien leerte por aquí ♥
Yo también he pensado «Mira, flores! ?»
Una historia preciosa
Muaks
Esta semana sólo tendréis la capacidad de ver flores XD
Un besote Irati ♥
Bonita historia. Es muy importante trabajar con alguien que además de compañera consideras amiga. A mi me pasa lo mismo con mi socia, así que te entiendo perfectamente. Un saludo.
Sí que lo es, Maite. Enhorabuena por tenerlo tú también y mucha suerte en vuestro proyecto.
Un abrazo ♥
Gracias Rebeca
Hacéis un equipazo.
De Tere puedo decir que es alguien increíble ya que he compartido momentos con ella. Y de ti Rebeca que me encanta tu trabajo y gracias por todo lo que estoy aprendiendo. Tengo que engañar a Tere para conocerte jejeje.
¡Mucha suerte!
A ver si nos pasamos por Salamanca y nos damos un abrazo Ceci!
Besos y mil gracias por pasarte ♥
Gracias a ti, Rebeca, por la oportunidad, por el trato, por la confianza depositada (todas estas cosas significan mucho para mí).
Por todo lo que aprendo contigo, por las risas que nos echamos aún teniendo un duro día de trabajo por delante, por enseñarme tu visión tan especial de la maternidad y de las relaciones entre padres e hijos. Nunca me había parado a observarlo debidamente y estoy descubriendo matices tan bonitos y emocionantes que ahora sólo pienso en trabajar más, con toda mi ferocidad, corazón en mano, para que te conozcan hasta en el último rincón del universo 🙂
Bonita ♥