Cuando te vas de vacaciones uno de los grandes temores es que haga mal tiempo. Sobre todo si vas al norte. Miras y requetemiras la previsión del tiempo, pero nunca puedes estar del todo segura. La maleta se llena de “porsiacasos”. Es un sinvivir.
Estamos a punto de entrar en verano y por aquí el tiempo está como una cabra. Un día hace bueno, al siguiente recula, las temperaturas no terminan de subir… ¡Necesitamos vitamina C en estos cuerpos serranos!
Pero ya podemos suplicarle al cielo, que por muy desesperadas que estemos el sol no va a salir sólo porque queramos. Así que habrá que coger el toro por los cuernos y hacer algo con esta situación. Estar preparadas en caso de que el tiempo no acompañe.
Porque, ¿qué pasa con todas las que venís a la tierruca de vacaciones y queréis haceros unas fotos de recuerdo? Claro, con este tiempo, cualquiera se la juega con una sesión en exteriores.
Aunque tras la lluvia hay una luz especial y los colores y reflejos hacen que las fotos luzcan maravillosas, en principio no es muy apetecible, ¿verdad?
Bueno, pues hoy vengo con la solución. Este verano del 2018 no te quedas sin fotos familiares de recuerdo, ¡hombre ya!



Sesiones mini de verano, bajo techo y al calor
Ya sabes que no soy de hacer rebajas en mis sesiones. Pongo mucho tiempo, trabajo y amor en ellas y no me siento cómoda aplicando ofertas a este servicio, la verdad. Pero me parece tan desesperante el clima que este verano quiero que te asegures tu foto familiar, contra viento y marea.
Así que he preparado una serie de mini sesiones en mi estudio de Suances para que las inclemencias del tiempo no sean un problema. Estaremos cómodas y secas. ¿Te apetece?
Pues continúa leyendo.
¿Cómo funcionarán las sesiones?
Tendrán una duración de 30 minutos. En ese tiempo toda la familia y esta fotógrafa jugaremos, saltaremos y nos reiremos juntos.
Los peques podrán entretenerse con vosotros, estarán a su aire y no tendrán tiempo de cansarse dada la corta duración de la sesión.
El resultado será unas fotos de vuestro verano para el recuerdo, divertidas y sin una gota de lluvia.
Unos días tras la sesión, os enviaré un link con vuestra galería de fotos para que elijáis vuestras 8 fotografías favoritas.
Os las podréis descargar mediante un link de descarga, en calidad de alta resolución para que podáis las imprimir en el formato que os apetezcan.
Lo habitual es que cuesten 150 euros, pero el precio de las sesiones mini este año será de 80 euros hasta 4 personas. 20 euros por persona si sois más.
Estas sesiones son como el chubasquero que metes en la maleta por si acaso, pero sin ocupar espacio
Ya puede diluviar, granizar o salir el sol por Antequera, que si tú reservas esta sesión tendrás fotos del verano. Y lo mejor de todo es que no tienes que enrollarlas en la maleta, ni aplastarlas bajo tu peso para poder cerrarla.
Te las llevas cómodamente online. Como una reina.
Lo mejor es que, al tenerlas en formato digital, podrás compartirlas con el resto de la familia de forma sencilla. Pero si quieres imprimirlas para ponerlas en casa, al estar en alta resolución quedarán estupendas.
Cantabria es bonita siempre, haga el tiempo que haga. Pero si nos visitas este verano y deseas tener un recuerdo de tus vacaciones, espero que estas sesiones mini te faciliten la idea.
Pide tu cita cuanto antes:

Una cree que, después de tanto tiempo sacándose trucos de la manga, la próxima vez será todo coser y cantar. Pero qué va. Aquí sigo, estrujándome los sesos cada vez que una situación me crea un dilema y me frustra.
La cosa es que hace unas semanas, el padre de la criatura tenía planes pero el Señor Bajito y yo no teníamos ninguno.
Se juntó con un fin de semana lleno de agua y tormentas con las pocas ganas de salir de casa y mi cabeza casi explota. De nuevo, esa pregunta, ¿qué hacemos? Pero conseguí reconducir mi frustración y conseguimos un plan casero de lo más molón.
Así que en la línea de algunos de los últimos post, hoy vengo con recursos que quizás te sirvan a ti también para estas crisis caseras. Y seguro que abren el hilo de comentarios y tú me aportas a mí mil ideas más para días como estos.

La tormenta perfecta
A ver, la cosa era así: predicción de tormentas, lluvias a tutiplén y un partido que el Señor Bajito quería ver y yo no. Estábamos abocados al fracaso. Así que me siento especialmente buena madre y buena persona, porque conseguí frenar todo eso. ¡Medallita, por favor!
No te voy a engañar, pasé un momento de pataleta. No quería hablar y estaba enfadada. Me visualizaba encerrada y sin nada que hacer el fin de semana, que son los días que tenemos para ser más libres, y eso me ponía de muy mal humor. Pero cuando conseguí respirar hondo, tracé el plan perfecto.
Busqué la mejor forma de comunicársela al Señor Bajito, porque hay que recordar que él tampoco estaba muy receptivo. Pero sabía que no podría resistirse.
Así que nos hicimos una comida rica a base de crema de calabaza y torta de maíz con verduras y pollo. Era la primera parte del plan, ganármelo por el estómago. Es maquiavélico, lo sé, pero funciona.

Mientras se relamía, le conté que había pensado en algunas cosas para el día en casa. Me miró expectante.
– Señor Bajito, tengo un plan para la tarde.
– A ver, cuenta.
– Podemos construir un puente.
– ¿Un puente? Mamá, ¿en qué estás pensando?
– ¿Recuerdas ese puente de madera que trajo tu tío de Oporto? ¡La maqueta del puente!
– ¡Aaaah! Lo recuerdo.
– Se me ha ocurrido que podemos montarlo juntos.
– Vale.
– Después, he pensado que como tú quieres ver el partido de fútbol y yo no, podemos hacer acampada en el salón y tú te ves el partido y yo descanso (traducido a lenguaje de mamás: me duermo los 90 minutos de partido).
– ¡Molaaaaa!
– Quizás entre una cosa y otra nos veamos una peli y comamos palomitas. Y… ¿Me dejarás hacerte fotos?
– ¡Todas las que quieras, mamá!
El plan iba viento en popa.
Salón patas arriba
Mover mesa, traer colchón de la cama grande al salón, descolgar cuadros… esas típicas cosas de domingo que son bastante entretenidas. Parece que estás montando un fuerte.
Y así, tras comer, nos pusimos manos a la obra con el puente de Oporto, que se nos ha quedado a medias. Pero eso es bueno, tenemos actividad para otro momento de crisis como este.
Un poco de música, correr las cortinas para que entre toda la luz que se pueda, acercar la mesa a las ventanas (os recuerdo que el día estaba de tormenta y había que ir a la caza de toda la luz natural que hubiera).
¡Qué divertido es montar, ensamblar, lijar y construir! Más de lo que recordaba.

También hubo momento «mamá, ponte en las fotos, y yo las hago«. Locura (y felicidad) total.





Sin duda, el momento favorito fue cuando nos llevamos el colchón enorme y pesado de una punta de la casa a la otra. Saltar, rodar, voltereta por aquí, mortal por allá. La cámara no daba a basto.




Y después de tanto salto, un poco de descanso: palomitas y peli.


Dormir en el salón es una experiencia divertida. De vez en cuando es bueno salirse de lo normal y hacer algo un poco diferente. En tu casa, ¿qué hacéis cuando os ataca el aburrimiento en familia? ¿Me lo cuentas?
Si necesitas más ideas, te recomiendo que leas el plan de cine familiar de hace unas semanas.
Y si tienes un plan molón, y quieres guardarlo para siempre, me encantará ser testigo y ayudarte a que perdure en el tiempo.
