Cuando era adolescente y pensaba en dedicarme a la fotografía, me decía a mí misma: mejor dedicarme a otra cosa, porque es muy complicado destacar en la fotografía y ser buena. Acabarás trabajando en una tienda de revelados de fotos.
La era analógica, cierta idealización de la fotografía como arte y poca visión de futuro me hicieron girar en el camino cuando era joven.
Si hoy retomo esa creencia que instalé dentro de mí, soy capaz de ver en ella un montón de cosas más allá del miedo al fracaso. Y hoy quiero compartirlas contigo.
Nuestra relación con el arte.
Así define la RAE la palabra arte:
- m. o f. Capacidad, habilidad para hacer algo.
- m. o f. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
Pero, en demasiadas ocasiones, le colocamos al arte unas connotaciones diferentes: pensamos que el arte requiere que un ser superior te toque con su varita mágica para darte el don de hacerlo. Y por supuesto a mí (nosotras) eso no nos pasa.
Después de acercarme a la fotografía, si pienso en el arte, lo hago desde una perspectiva muy diferente. Para mí el arte es una forma de expresión. Algunas personas se manejan con el lenguaje, y escriben maravillosamente bien y bonito.
Otras lo hacen a través del dibujo, la ilustración… y te invitan a su mundo de belleza, fantasía y creatividad. Otras utilizan la música, y componen o cantan o tocan un instrumento… y otras, utilizamos una cámara.
Se dice del arte que debe emocionar a quien lo contempla. Y no digo yo que no tenga o pueda ser así. Pero entonces estamos dando por hecho que lo hacemos hacia fuera, para el otro, para exponerlo y exponernos.
Y claro que puede ser así, y es genial hacerlo, y que lo que has creado guste. Es maravilloso.
Pero no nos olvidamos del principio, de la raíz: expresarnos. Y si tu sientes la necesidad de expresarte, la fotografía es una herramienta extraordinaria para ello.
Expectativas vs realidad.
El mundo a través de las redes sociales ha potenciado muchas cosas positivas, como por ejemplo, tener mucha información a nuestro alcance, poder aprender cosas que antes nos era muy difícil, o comunicarnos instantáneamente sin importar la distancia.
Pero también ha fomentado el vivir hacia afuera, de cara a los demás y el estrés por ser vistas de una forma perfecta.
Nosotras las adultas podemos sentirnos un poco más a salvo, porque todo esto nos ha pillado ya con la cabeza más colocada, pero las personas jóvenes tienen un panorama estremecedor en este sentido. Es muy difícil colocar todo esto con ciertas edades.
Pero ninguna persona escapa de esa sensación en las redes, de esa intimidación que nos produce las expectativas que se generan ahí fuera.
Hacer fotografía hoy en día se ha vuelto muy sencillo, llevamos una cámara en la mano las 24 horas, pero en cambio, la exposición y las referencias, nos hacen sentir pequeñas en muchas ocasiones. Y se nos hace bola pensar que no llegaremos a un nivel imaginario que está en nuestras cabezas y que se ha creado a base de ver las referencias de ahí fuera.
Eso puede paralizarnos, frenarnos y desechar la idea de que nosotras también podemos hacer fotos.
Vivir hacia afuera.
Como te contaba antes, es habitual que ahora todo lo hagamos hacia afuera, para ser mostrado. Con la fotografía se ha perdido un poco el norte, y aunque está bien utilizarla de la forma que te apetezca, hoy me gustaría traerte una idea diferente de ella, y partir de un punto totalmente diferente con ella.
Si fotografiamos pensando en el resultado, en cómo nos va a quedar la foto, en si gustará cuando la enseñe… nos perdemos el viaje completo de la fotografía. Por no hablar de la ansiedad que eso genera, y de lo bloqueante que es a nivel creativo.
Hoy te propongo que prestes atención al momento, al por qué de la foto, a lo que te atrapa en el presente para que quieras guardarlo en el futuro. A que viajes con tu imagen y disfrutes de todo lo que te aporta conectar. El click es solo un movimiento con el dedo. Es una fracción de segundo. Pero si puedes quedarte un momento alrededor de ese click, la experiencia será mucho más amplia.
La fotografía consciente.
Siempre he vivido la fotografía desde un plano muy personal. Pero ha ido evolucionando con el tiempo. El concepto de fotografía consciente me parece el más acertado para hablarte de cómo vivo yo el arte de hacer fotos. Y cada vez más, me doy cuenta de que es una necesidad para mí. Fotografiar es algo que necesito hacer para comprender el mundo. Más que para mostrárselo a otros (que también).
Y hace un año creé un espacio donde poder desarrollar todas las vertientes de este tipo de fotografía, porque me encanta compartir esta forma de hacer fotografía. En la Comunidad F hemos conseguido crear un lugar íntimo y seguro para aprender, pero hacerlo así, con cariño y buscando en cada imagen un sentido.
Y como ahora cumplimos un añito, estamos celebrando y queremos compartir contigo muchas cosas, entre ellas, que puedas entrar en este espacio que solo abre sus puertas dos veces al año. Esta será la última del 2021.
La Comunidad F.
Si tuviera que recrear un espacio para acoger a esta comunidad, me lo imagino en un jardín pequeño y acogedor, con mucho verde, y zonas cómodas para sentarse, compartir y charlar juntas sobre fotografía y sobre la vida en general como madres y mujeres.
No tenemos un lugar físico, pero eso también es una suerte. Porque encontrarnos oline nos acerca mucho en realidad. Podemos juntarnos mujeres de todas partes: de varios puntos de España, pero también de México o mujeres que han atravesado continentes y se han mudado de país en varias ocasiones.
La diversidad nos enriquece, nos inspira, nos motiva y nos cautiva. Y así es como un espacio online se convierte en un refugio donde poder disfrutar de la fotografía de una forma mucho más íntima y personal: sin miedo al error, a crear, a probar… En definitiva, a aprender.
Así lo cuentan algunas de las mujeres cómplices de este espacio:
“En estos meses he aprendido mucho y no solo de fotografía, sino también de humanidad porque Rebeca ya sabéis lo sensible que es y lo comprometida que está con la infancia y las mujeres.
Además tengo la suerte de compartir este espacio con mujeres maravillosas que me aportan un montón en todos los sentidos.
Por eso te digo, no lo dudes y vente a compartir con nosotras. Es un lugar entretenido, divertido y donde seguro aprenderás muuuchas cosas.”
Susana.
“La Comunidad ha sido para mí la oportunidad de aprender técnicas y recursos y de practicarlos semanalmente, pero sobre todo de volver a ilusionarme por la fotografía y de formar parte de una comunidad de mujeres estupendas con las que compartir esta bonita afición.
Gracias Rebeca por crear para nosotras este bonito espacio para nosotras.”
Jéssica.
“Rebeca la anfitriona, cada semana nos prepara la mesa camilla con cada una de las propuestas para hacernos sentir cómodas y seguras para trabajar el mes con ilusión y confianza, sin miedo a fallar o a no “dar la talla” la verdad que para mí más que la Comunidad es mi tribu fotográfica, mi vía de escape en el caótico ritmo del día a día, la forma de encontrarme y disfrutar de algo mío que me hace sentir bien, una excusa para recuperar cositas que quedan en el camino cuando eres mamá. Y lo mejor: poder compartirlas con esta tribu bonita y aprender gracias a Rebeca como avanzar pasito a pasito.”
Manoli.

Nuestro calendario mensual.
En la Comunidad trabajamos en un formato mensual. Cada mes desarrollamos nuestro trabajo sobre un tema troncal para poder profundizar en él y sacarle jugo.
Así lo hacemos:
El primer jueves de mes nos reunimos y charlamos sobre el tema del que vamos a aprender. Ese encuentro (como todos) queda grabado, porque algunas personas no pueden asistir en directo. Así puedes verlo cuando quieras.
El segundo jueves del mes, lo utilizamos para hablar sobre algún tema complementario al tema troncal. A veces buscamos inspiración, otras ahondamos más en la técnica, etc.
El tercer jueves de mes hacemos un break y lo dedicamos a presentar una actividad más creativa y especialmente pensada para poder realizarla con nuestras criaturas.
La última semana, nos toca sentarnos a analizar lo que hemos hecho desde una perspectiva personal. Cada una desde el punto en el que se encuentra, preparo un feedback para cada una, a través de una foto presentada sobre el tema troncal.
Además, la comunicación es muy importante para nosotras, por eso tenemos dos espacios privados:
Un grupo de facebook, en el que trabajamos, compartimos nuestras imágenes y desarrollamos las dudas que puedan ir surgiendo.
Y nuestro grupo de Telegram: un espacio más personal y lúdico, donde compartimos todo lo que nos apetece con nuestras cómplices de la Comunidad F.
Si quieres ser una de nuestras cómplices, o quieres conocer más de este espacio, puedes hacerlo desde aquí.
Y si tienes alguna duda, puedes charlar conmigo de ello desde aquí.
Feliz semana ❤️