Conocí a Leti hace unos 3 años en Madrid, en uno de esos saraos de emprendedores. Allí la conocí junto a Cris, su socia de Froggies, y quedé totalmente enganchada a estas mujeres y su proyecto.
Hace unos meses Leti me contactó para contarme que se casaba, y pedirme que fuera yo quien inmotalizara ese momento.
Mi primera respuesta fue la misma que he dado cada vez que alguien me ha pedido que fotografiase una boda: «No hago bodas, los siento. Te paso algunos contactos de fotógrafos que se dedican a ello y a los que admiro muchísimo…»
Pero Leti no se dió por vencida. Me contó que se casarían en mi tierra, que les encanta, que vienen cada vez que pueden. Me mostró fotos del sitio en el que se casarían, me hizo reir y por qué no decirlo, hizo que me sintiera un poco especial por tener tantas ganas de que fuera yo su fotógrafa.
Después de algunas charlas y mucho pensar, le dije que sí (parece que la que me caso soy yo). Y este pasado fin de semana pasé una tarde divertida, un poco gris y pasada por agua (es lo que tiene elegir Cantabria para estas cosas) con su familia. Sí, porque Leti se casa con David, pero ese día habrá otra protagonista en la fiesta: Vera, de casi año y medio.
Así que ha sido una preboda familiar, una preboda diferente, pero llena de amor, igual que el resto.
Te dejo ya con Leticia, David y Vera.