Todo comenzó hace casi un par de años. Elena me dijo que por qué no montaba una comunidad fotográfica, algo que tuviese continuidad y no terminase, como ocurre con los cursos. A ella le apetecía seguir aprendiendo y ya se los había hecho todos. Recuerdo que le dije que no estaba segura, pero al poco tiempo la idea cobró forma y comencé una comunidad beta con las chicas que terminaban por aquel entonces un par de cursos.
La experiencia durante esos dos meses fue inmejorable, y la comunidad ha pasado ya su primer año.
Nuestra comunidad
Este pequeño espacio se ha convertido en un lugar de refugio para nosotras. No sólo compartimos fotos y la pasión por ellas. Compartimos alegrías y tristezas. Compartimos inquietudes, dudas existenciales como madres y mujeres.
Hablamos de nuestros chicos, y de otros
Nos reímos y lloramos juntas, y nos alegramos de los éxitos, embarazos y nacimientos de nuestras integrantes. En otras palabras, hemos creado lazos de amistad a través de esta comunidad virtual y el cuerpo nos pedía ya mirarnos a los ojos.
Queremos ponernos piel
Ellas han crecido a nivel fotográfico y han hecho una pequeña familia de la que me siento más que orgullosa. Muchas se han ido conociendo a lo largo de estos meses, pero algunas por lejanía no podían verse en persona. Fue entonces cuando surgió la idea de juntarnos, abrazarnos y seguir haciendo click.
Este año me remangué y organicé lo que han sido las primeras Jornadas Fotográficas que se han desarrollado en Coo.
La disculpa eran las fotos, pero el verdadero propósito de todo era achucharnos, tirar abajo la barrera que la distancia nos pone cada día. Sentirnos acompañadas.
Queríamos ponernos piel, que nuestras familias se conocieran, convivir unos días para poder tomarnos una copa juntas y reírnos mucho.
Mi casa, vuestra casa
Por unos días, mi casa se llenó de actividad: niños corriendo, padres charlando y madres emocionadas.
El tiempo no nos lo puso fácil. Cantabria es así, bonita pero compleja, y la lluvia nos acompañó prácticamente todo el fin de semana.
Los planes fueron cambiando y adaptándose al momento, y aunque no fue lo que todas esperábamos, acabamos haciendo fotos, tirándonos por el suelo y disfrutando de observar a los peques jugar y hacerse amigos.
Gracias, gracias, mil gracias.
Tengo que ser sincera con vosotras. Me he quedado con mal sabor de boca por el tiempo que hizo que impidió que se desarrollara la parte formativa como tenía planificado.
Pero vosotras, con vuestro entusiasmo, hacéis que el balance sea positivo y hoy, dos días después de que finalicen las Jornadas, me tenéis todavía con el cariño a flor de piel.
Lo mejor, las amistades que surgieron entre los niños.
Las fotos sacadas, con permiso del tiempo de Cantabria, servirán para tener un recuerdo perdurable de lo fantásticas que sois.
Las próximas Jornadas serán mejor, porque seremos más sabias (de los errores y los cambios climáticos se aprende) y porque ya tengo vuestro recuerdo y cariño.
Gracias, bellas, muchas gracias. Tenéis mi ♥