
Cómo sacarle partido a un espacio (otro making of)
Lo prometido es deuda. Y como os encantó el making of del bambú, os traigo un nuevo vídeo en el que podéis verme de nuevo detrás de la cámara persiguiendo la foto.
Antes de seguir, quiero dejar clara una cosa. En muchas ocasiones, sobre todo cuando fotografiamos a niños, hacemos un montón de fotos y después sólo nos quedamos con un puñado. Es algo habitual y necesario. Cuando fotografiamos algo en movimiento, es imprescindible disparar tantas veces como podamos, es la única forma de asegurarse alguna fotografía nítida y, cuantas más fotos, más probabilidades tienes de captar justo el momento adecuado.
De esta sesión que te muestro hoy, saqué un montón de fotografías y, siendo sincera, creo que me quedaría sólo con una, la que encabeza este post.
Hay otras pocas que son pasables, pero que tampoco me emocionan como la primera. Y el grueso de esta sesión pasará a mejor vida en la papelera, sin piedad. No le encuentro sentido al guardar imágenes que se parecen, que están bien pero son sosas y no me dicen nada. Prefiero quedarme con aquellas que siento realmente especiales, originales o expresivas.
Sí, así es como se hace para no llenar tu disco duro de millones de fotografías. Borrando. A lo bestia.
Otro aspecto del que me gustaría hablar es del cambio de objetivos. Sé que es una lata tener que cargar con tantos aparatos, sobre todo cuando vas de excursión o haces una salida de ocio. Pero lo cierto es que en alguna ocasión, por las condiciones del terreno y los elementos que te rodeen, la foto te pedirá un cambio de objetivo.
Espero que con el vídeo quede más claro lo que quiero decir.
Dos objetivos y un destino: conseguir el mejor resultado.
A lo película del oeste. Desenfundando la cámara mientras frunzo el ceño para escudriñar la foto.
Como te comentaba antes, en esta sesión he utilizado dos objetivos diferentes: el canon 85 mm 1.8 y el 35 mm 2.0. Al principio llevaba el 85 mm puesto, pero pronto pensé que el 35 mm sería más adecuado y daría más juego.
En resumen: el uso de uno u otro objetivo influye de forma radical en el resultado. Tienes que probar y hacer muchas fotos para ver cómo cambia la imagen con uno u otro. Cuando lo tengas dominado, lo harás de forma instintiva.
El making of de «En la ría»: fotografías en el observatorio de pájaros de Tarro Blanco
Una vez más me muevo en terreno peligroso y te lo grabo en vídeo para que sientas la tensión en tus carnes: ¿me tropezaré?, ¿caeré rodando a la ría? o ¿saldré airosa de la situación?
Porque ya sabes cual es una de mis premisas. Hay que moverse. Para arriba, para abajo, alrededor. Si hace falta, hay que echarse al suelo y ensuciarse. Si no lo haces, nunca sabrás si la imagen habría quedado mil veces mejor desde otra perspectiva.
En el vídeo también puedes ver cómo he jugado con las líneas que la caseta me ofrecía. En esta ocasión, líneas horizontales (sobre todo) y verticales, pero siempre líneas rectas. Esto es composición. Imagina una caseta con la fachada lisa. ¿A que no habría sido lo mismo?
Por último, puedes ver que en esta ocasión la edición en blanco y negro oculta algunos detalles que pueden distraer al espectador y resalta otros que, en mi opinión, favorecen el resultado. Ni la textura de la madera, ni el verde del entorno. Lo que hace que las fotos sean dinámicas y atractivas son las líneas y las formas.
Dejo de enrollarme y te muestro el vídeo:
En la ría: las fotos de la sesión.
Esta son las fotos resultantes de lo que has visto en el vídeo.
Me gustaría que, sobre todo, te dieras cuenta de la cantidad de distracciones que teníamos alrededor: la ría, pájaros, árboles, carretera, hierba, etc. Y de cómo no he sacado a penas nada de eso.
Focalizarse en una zona, en unos detalles, y obviar otros es cuestión de mucha práctica. No quiero que pienses que está chupado. Pero también quiero que sepas que fotografiando, lo aprenderás.
Hacer una buena fotografía cuesta mucho. Tienes que conocer la técnica, ir con los ojos muy abiertos, experimentar para ver qué falla y qué funciona. Moverte, cometer errores, aprender de ellos.
Así que, si estás en ello y todavía no te salen las fotografías como esperas, no te desanimes, ¿vale?
Recuerda:
- muévete mucho (y fotografía desde todos los ángulos y puntos de vista que puedas)
- saca un montón de fotos (sobre todo si tu protagonista o tú estáis en movimiento)
- intenta aprovechar los elementos que tienes alrededor que pueden aportarte orden, dirección, ritmo (como las líneas) y saca de tu encuadre los que te distraigan (los que no contribuyan a tu propósito y encima puedan atrapar la mirada de quien observa la imagen)
Me gusta cuando compartes conmigo tus experiencias con la fotografía. Si llevas algo de esto a la práctica, ¿me lo contarás en los comentarios?
Un abrazo y hasta la próxima entrada ♥