
Hoy quiero confesar varias cosas, es un gran día para hacerlo. Hace 7 años nací como madre.
Desde entonces, el camino ha sido intenso. A veces duro, a veces agotador, a veces maravilloso. Vamos, ¡lo que viene siendo la maternidad! Pero, sin lugar a dudas, tremendamente satisfactorio.
Así que hoy me lo voy a pasar con mi señor bajito, disfrutando de sus sonrisa con dientes nuevos y comiendo tarta a tutiplén. ¡Qué para eso es nuestro cumple!
Pero no quiero irme del tema. Que yo venía a confesar, en realidad, otra cosa.
Confesión 1
Hace unas semanas me agencié un nuevo móvil. No es nada extraño en los tiempos que corren, la verdad. Lo extraño es que es un Iphone. Yo, que no me he sentido nunca identificada con la manzanita, resulta que ahora caigo a sus pies.
No te voy a decir que es la leche, que existe un antes y un después en mi vida, y que es la mejor inversión que he hecho, porque de verdad, no creo que sea así. En realidad, me lo he comprado por puro capricho, porque estéticamente me gusta y todo en Apple luce más bonito (y a mi las cosas bonitas me gustan, chimpúm).
Ahora, sí admito que mi móvil anterior me torturaba, no me dejaba disfrutar de la vida, ni funcionaba correctamente. Por ejemplo, no me dejaba escuchar música en Spotify sin que se cortara una y otra vez y, por supuesto, no me dejaba hacer fotos bien enfocadas a no ser que el señor bajito estuviese dormido.
Mira que he tenido móviles cutres toda la vida, ¡hasta un chino he tenido! Pues ninguno me ha dado tantos quebraderos de cabeza como este último.
Pues fuera, ya está, ya me he desecho de él y tengo Iphone. ¿Será el principio de mi era de la manzana? Quién sabe…
Confesión 2
En este punto, mis alumnas de los cursos de fotografía y las chicas de la comunidad, desencajarán la mandíbula y me mirarán con ojos muy abiertos. Lo que no sé es si acto seguido se partirán de risa, o gritarán de alegría, o qué sucederá.
Y es que una de las razones de peso por las que me he hecho con un Iphone es su ya conocida calidad a la hora de hacer fotos. ¿Tendré que sacarle partido, no?
Porque sí, confieso que estoy un poco cansada de cargar con cámaras y objetivos que pesan mucho. Aunque sé que el resultado no va a ser ni parecido, creo que hay gente haciendo cosas muy chulas con sus teléfonos, ¡y qué narices!, yo también quiero, que ahora tengo un Iphone y cero disculpas para no hacerlo.
Así que, como yo siempre que aprendo algo nuevo tengo que empaparme de conocimientos, buscar información y hacerme una tesis doctoral, he decidido hacerme un reto para mejorar mis fotos con el móvil. Igual que cuando aprendí a disparar en manual, que me marqué un 365, pero ahora soy un poco menos chula, y me voy a hacer un mes con el móvil.
¿Me acompañas?
Y después de darle vueltas al asunto, he pensado que quizás te apetezca acompañarme, porque ¿quién no quiere que sus fotos de las vacaciones luzcan mejor? Pero, ¿quién quiere cargar con su cámara?
Así que he preparado un reto que te va a encantar.
OBJETIVO >>> Mejorar nuestras fotos con nuestro dispositivo móvil.
CUÁNDO >>> Durante el mes de agosto
DÓNDE >>> En Instagram
CÓMO >>> Sólo tienes que inscribirte aquí para participar
POR QUÉ >>> Porque además de mejorar tus fotografías, hay dos premios increíbles en juego. Uno de los premios consiste en un pase a la comunidad fotográfica por un año completo. Este premio se sorteará entre todas las participantes que cumplan los requisitos.
El otro premio disponible es aún más gordo, pero este se entregará a la participante que haya tenido una increíble trayectoria durante el reto. Es decir, que además de presentar todas las fotos y seguir el reto, habrá aprendido, implementado y trabajado, obteniendo una mejoría notable. Este premio queda sujeto a mi criterio personal. Busco una persona con muchas ganas de aprender y que de verdad le guste la fotografía. Y el premio consiste nada más y nada menos que una BECA para cursar todos mis cursos durante el curso que comienza en septiembre.
Ya estás tardando si quieres participar, aprender, reír y optar a uno de estos dos grandes premios.
No dejes de leer toda la información en la página del reto: Agosto en 31 cicks.
Y ahora sí, me despido, porque mi Señor Bajito y yo no vamos a por nuestro trozo de tarta y a brindar por los aprendizajes que nos quedan por descubrir.
Hasta la semana que viene ♥
Guardar
Guardar
Todo comenzó hace casi un par de años. Elena me dijo que por qué no montaba una comunidad fotográfica, algo que tuviese continuidad y no terminase, como ocurre con los cursos. A ella le apetecía seguir aprendiendo y ya se los había hecho todos. Recuerdo que le dije que no estaba segura, pero al poco tiempo la idea cobró forma y comencé una comunidad beta con las chicas que terminaban por aquel entonces un par de cursos.
La experiencia durante esos dos meses fue inmejorable, y la comunidad ha pasado ya su primer año.
Nuestra comunidad
Este pequeño espacio se ha convertido en un lugar de refugio para nosotras. No sólo compartimos fotos y la pasión por ellas. Compartimos alegrías y tristezas. Compartimos inquietudes, dudas existenciales como madres y mujeres.
Hablamos de nuestros chicos, y de otros
Nos reímos y lloramos juntas, y nos alegramos de los éxitos, embarazos y nacimientos de nuestras integrantes. En otras palabras, hemos creado lazos de amistad a través de esta comunidad virtual y el cuerpo nos pedía ya mirarnos a los ojos.

Queremos ponernos piel
Ellas han crecido a nivel fotográfico y han hecho una pequeña familia de la que me siento más que orgullosa. Muchas se han ido conociendo a lo largo de estos meses, pero algunas por lejanía no podían verse en persona. Fue entonces cuando surgió la idea de juntarnos, abrazarnos y seguir haciendo click.
Este año me remangué y organicé lo que han sido las primeras Jornadas Fotográficas que se han desarrollado en Coo.
La disculpa eran las fotos, pero el verdadero propósito de todo era achucharnos, tirar abajo la barrera que la distancia nos pone cada día. Sentirnos acompañadas.
Queríamos ponernos piel, que nuestras familias se conocieran, convivir unos días para poder tomarnos una copa juntas y reírnos mucho.







Mi casa, vuestra casa
Por unos días, mi casa se llenó de actividad: niños corriendo, padres charlando y madres emocionadas.
El tiempo no nos lo puso fácil. Cantabria es así, bonita pero compleja, y la lluvia nos acompañó prácticamente todo el fin de semana.
Los planes fueron cambiando y adaptándose al momento, y aunque no fue lo que todas esperábamos, acabamos haciendo fotos, tirándonos por el suelo y disfrutando de observar a los peques jugar y hacerse amigos.



Gracias, gracias, mil gracias.
Tengo que ser sincera con vosotras. Me he quedado con mal sabor de boca por el tiempo que hizo que impidió que se desarrollara la parte formativa como tenía planificado.
Pero vosotras, con vuestro entusiasmo, hacéis que el balance sea positivo y hoy, dos días después de que finalicen las Jornadas, me tenéis todavía con el cariño a flor de piel.
Lo mejor, las amistades que surgieron entre los niños.
Las fotos sacadas, con permiso del tiempo de Cantabria, servirán para tener un recuerdo perdurable de lo fantásticas que sois.
Las próximas Jornadas serán mejor, porque seremos más sabias (de los errores y los cambios climáticos se aprende) y porque ya tengo vuestro recuerdo y cariño.
Gracias, bellas, muchas gracias. Tenéis mi ♥


