Asegura tus fotografías familiares de verano aunque haga un tiempo de perros

Asegura tus fotografías familiares de verano aunque haga un tiempo de perros

Cuando te vas de vacaciones uno de los grandes temores es que haga mal tiempo. Sobre todo si vas al norte. Miras y requetemiras la previsión del tiempo, pero nunca puedes estar del todo segura. La maleta se llena de “porsiacasos”. Es un sinvivir.

Estamos a punto de entrar en verano y por aquí el tiempo está como una cabra. Un día hace bueno, al siguiente recula, las temperaturas no terminan de subir… ¡Necesitamos vitamina C en estos cuerpos serranos!

Pero ya podemos suplicarle al cielo, que por muy desesperadas que estemos el sol no va a salir sólo porque queramos. Así que habrá que coger el toro por los cuernos y hacer algo con esta situación. Estar preparadas en caso de que el tiempo no acompañe.

Porque, ¿qué pasa con todas las que venís a la tierruca de vacaciones y queréis haceros unas fotos de recuerdo? Claro, con este tiempo, cualquiera se la juega con una sesión en exteriores.
Aunque tras la lluvia hay una luz especial y los colores y reflejos hacen que las fotos luzcan maravillosas, en principio no es muy apetecible, ¿verdad?

Bueno, pues hoy vengo con la solución. Este verano del 2018 no te quedas sin fotos familiares de recuerdo, ¡hombre ya!

Sesiones mini de verano, bajo techo y al calor

Ya sabes que no soy de hacer rebajas en mis sesiones. Pongo mucho tiempo, trabajo y amor en ellas y no me siento cómoda aplicando ofertas a este servicio, la verdad. Pero me parece tan desesperante el clima que este verano quiero que te asegures tu foto familiar, contra viento y marea.

Así que he preparado una serie de mini sesiones en mi estudio de Suances para que las inclemencias del tiempo no sean un problema. Estaremos cómodas y secas. ¿Te apetece?

Pues continúa leyendo.

¿Cómo funcionarán las sesiones?

Tendrán una duración de 30 minutos. En ese tiempo toda la familia y esta fotógrafa jugaremos, saltaremos y nos reiremos juntos.

Los peques podrán entretenerse con vosotros, estarán a su aire y no tendrán tiempo de cansarse dada la corta duración de la sesión.

El resultado será unas fotos de vuestro verano para el recuerdo, divertidas y sin una gota de lluvia.

Unos días tras la sesión, os enviaré un link con vuestra galería de fotos para que elijáis vuestras 8 fotografías favoritas.

Os las podréis descargar mediante un link de descarga, en calidad de alta resolución para que podáis las imprimir en el formato que os apetezcan.

Lo habitual es que cuesten 150 euros, pero el precio de las sesiones mini este año será de 80 euros hasta 4 personas. 20 euros por persona si sois más.

Estas sesiones son como el chubasquero que metes en la maleta por si acaso, pero sin ocupar espacio

Ya puede diluviar, granizar o salir el sol por Antequera, que si tú reservas esta sesión tendrás fotos del verano. Y lo mejor de todo es que no tienes que enrollarlas en la maleta, ni aplastarlas bajo tu peso para poder cerrarla.

Te las llevas cómodamente online. Como una reina.

Lo mejor es que, al tenerlas en formato digital, podrás compartirlas con el resto de la familia de forma sencilla. Pero si quieres imprimirlas para ponerlas en casa, al estar en alta resolución quedarán estupendas.

Cantabria es bonita siempre, haga el tiempo que haga. Pero si nos visitas este verano y deseas tener un recuerdo de tus vacaciones, espero que estas sesiones mini te faciliten la idea.

Pide tu cita cuanto antes:

sesiones mini de fotografía para familia en verano

¿Qué hacer cuando tu hijo se aburre en casa?

¿Qué hacer cuando tu hijo se aburre en casa?

Una cree que, después de tanto tiempo sacándose trucos de la manga, la próxima vez será todo coser y cantar. Pero qué va. Aquí sigo, estrujándome los sesos cada vez que una situación me crea un dilema y me frustra.

La cosa es que hace unas semanas, el padre de la criatura tenía planes pero el Señor Bajito y yo no teníamos ninguno.

Se juntó con un fin de semana lleno de agua y tormentas con las pocas ganas de salir de casa y mi cabeza casi explota. De nuevo, esa pregunta, ¿qué hacemos? Pero conseguí reconducir mi frustración y conseguimos un plan casero de lo más molón.

Así que en la línea de algunos de los últimos post, hoy vengo con recursos que quizás te sirvan a ti también para estas crisis caseras. Y seguro que abren el hilo de comentarios y tú me aportas a mí mil ideas más para días como estos.

La tormenta perfecta

A ver, la cosa era así: predicción de tormentas, lluvias a tutiplén y un partido que el Señor Bajito quería ver y yo no. Estábamos abocados al fracaso. Así que me siento especialmente buena madre y buena persona, porque conseguí frenar todo eso. ¡Medallita, por favor!

No te voy a engañar, pasé un momento de pataleta. No quería hablar y estaba enfadada. Me visualizaba encerrada y sin nada que hacer el fin de semana, que son los días que tenemos para ser más libres, y eso me ponía de muy mal humor. Pero cuando conseguí respirar hondo, tracé el plan perfecto.

Busqué la mejor forma de comunicársela al Señor Bajito, porque hay que recordar que él tampoco estaba muy receptivo. Pero sabía que no podría resistirse.

Así que nos hicimos una comida rica a base de crema de calabaza y torta de maíz con verduras y pollo. Era la primera parte del plan, ganármelo por el estómago. Es maquiavélico, lo sé, pero funciona.

Mientras se relamía, le conté que había pensado en algunas cosas para el día en casa. Me miró expectante.

– Señor Bajito, tengo un plan para la tarde.

– A ver, cuenta.

– Podemos construir un puente.

– ¿Un puente? Mamá, ¿en qué estás pensando?

– ¿Recuerdas ese puente de madera que trajo tu tío de Oporto? ¡La maqueta  del puente!

– ¡Aaaah! Lo recuerdo.

– Se me ha ocurrido que podemos montarlo juntos.

– Vale.

– Después, he pensado que como tú quieres ver el partido de fútbol y yo no, podemos hacer acampada en el salón y tú te ves el partido y yo descanso (traducido a lenguaje de mamás: me duermo los 90 minutos de partido).

– ¡Molaaaaa!

– Quizás entre una cosa y otra nos veamos una peli y comamos palomitas. Y… ¿Me dejarás hacerte fotos?

– ¡Todas las que quieras, mamá!

El plan iba viento en popa.

Salón patas arriba

Mover mesa, traer colchón de la cama grande al salón, descolgar cuadros… esas típicas cosas de domingo que son bastante entretenidas. Parece que estás montando un fuerte.

Y así, tras comer, nos pusimos manos a la obra con el puente de Oporto, que se nos ha quedado a medias. Pero eso es bueno, tenemos actividad para otro momento de crisis como este.

Un poco de música, correr las cortinas para que entre toda la luz que se pueda, acercar la mesa a las ventanas (os recuerdo que el día estaba de tormenta y había que ir a la caza de toda la luz natural que hubiera).

¡Qué divertido es montar, ensamblar, lijar y construir! Más de lo que recordaba.

También hubo momento «mamá, ponte en las fotos, y yo las hago«. Locura (y felicidad) total.

Sin duda, el momento favorito fue cuando nos llevamos el colchón enorme y pesado de una punta de la casa a la otra. Saltar, rodar, voltereta por aquí, mortal por allá. La cámara no daba a basto.

Y después de tanto salto, un poco de descanso: palomitas y peli.

Dormir en el salón es una experiencia divertida. De vez en cuando es bueno salirse de lo normal y hacer algo un poco diferente. En tu casa, ¿qué hacéis cuando os ataca el aburrimiento en familia? ¿Me lo cuentas?

Si necesitas más ideas, te recomiendo que leas el plan de cine familiar de hace unas semanas.

Y si tienes un plan molón, y quieres guardarlo para siempre, me encantará ser testigo y ayudarte a que perdure en el tiempo.

Cantabria con niños | Ontaneda

Cantabria con niños | Ontaneda

Hace unas semanas hablábamos de planes entretenidos con niños para cuando hace mal tiempo fuera y toca quedarse en casa.

En aquella ocasión, sugerí disfrutar del cine familiar, ¿leíste el post? Tras ver que os gustó la idea, he pensado en crear una serie de artículos destinados a dar ideas para llenar el tiempo libre en familia.

El escenario será Cantabria y os iré relatando algunos planes chulos que hacemos por aquí, y aquellas actividades interesantes que os pueden resultar atractivos si queréis venir unos días a la tierruca, o simplemente sois de aquí y queréis hacer algo diferente a lo que ya hacéis normalmente.

¡Empezamos!

Verde que te quiero verde

Si hay una zona de Cantabria que me fascina, esa es La Vega de Pas. Podríamos decir que es la Cantabria profunda y donde se da origen a delicatesen como la quesada o los famosos sobaos.

Pero aparte de su gastronomía, lo que más me maravilla de estas tierras es precisamente eso, sus tierras. El paisaje se te mete en la retina a base de verde, valles y montañas, cabañas de piedra y sus gentes.

De camino hacia La Vega de Pas, nos encontramos un pueblito a la orilla de la carretera nacional, que se llama Ontaneda. Puede parecer que no posee nada de especial en comparación con el resto de poblaciones de la zona, pero lo cierto es que si pasas en coche, habrá algo que llame poderosamente tu atención: un gentío en fila junto a la carrera.

Y no, no se regala nada, lo que pasa es que se venden los helados más ricos hechos en la tierruca. Y que me perdonen los amantes de Regma, pero estos helados son lo más.

Su especialidad, y el helado más demandado, es sin duda el de queso. Yo siempre me pido este sabor. Os prometo que cuando con él me evado de la realidad por unos instantes mientras el sabor me invade y se me duerme la lengua (sí, se me duerme la lengua cuando como helados).

¿Qué hacer con niños en Ontaneda?

Ya ha quedado claro que comerse un helado es el número uno de cosas para hacer en Ontaneda con niños (o sin ellos). Pero hay mucho más que hacer para disfrutar en familia.

Pasear por el pueblo es una gran opción. Os encontraréis burros, gallinas, escarabajos, y un sinfín de animales. Pero puede que no sea la mejor de las opciones con según qué edades. Por ejemplo, al Señor Bajito, eso de pasear, como que ya no.

Así que te cuento a continuación otras opciones entre las que seguro encuentras la mejor para tu familia:

– El parque de Alceda. Muy cerquita de donde comemos los helados, tenemos el parque de Alceda, uno de mis sitios favoritos de Cantabria. Tienes rio, sombra, mesas, columpios (de pequeños y de esos de mayores que también son de pequeños). Y además, tienes una instalación de tirolinas para pasearte el parque de árbol a árbol. Es una actividad de pago, claro, pero es super divertida y además existe una zona para los mayores y otra zona especial para peques.

El rio es el centro de la atención, normalmente. Piedras y agua, ¿qué más se puede pedir? El riesgo de cruzarlo sin mojarte, tirar piedras, construir una presa, buscar piedras diferentes e interesantes… Y en verano, chapuzón.

La vía verde, es una vía que antiguamente era de tren y ahora puedes pasearla caminado, en bici, en patines… Muchos kilómetros para disfrutar del buen tiempo y el paisaje de esta zona de Cantabria.

Rincones fotografiables mires donde mires

Cuando voy a Ontaneda, no puedo dejar a la fotógrafa en casa.  Se me ocurren millones de escenas que quisiera capturar con mi cámara, cada rincón es un encuadre maravilloso y una posible fotografía.

Todo me resulta apetecible: los helados, el verde, el rio, las rutas infinitas que te invitan a perderte, a desconectar de la rutina. Y a fotografiar.

¿Vas a estar por esta zona en verano? Si estás en Cantabria de vacaciones, vives aquí, o piensas pasar unos días por la tierruca, Ontaneda puede ser el escenario perfecto para pasar un día en familia inolvidable y aprovechar para crear recuerdos que perduren en el tiempo.


4 + 2 momentos vitales en los que tienes que hacerte fotos

4 + 2 momentos vitales en los que tienes que hacerte fotos

Confieso que yo, que abogo por conservar el momento, por derrotar a las agujas del reloj con la fotografía como arma, me he arrepentido varias veces de no haber sacado ciertas fotos.

Con la perspectiva que te da el paso de los años, me doy cuenta de que me faltan imágenes. Es desolador.

Me he puesto a pensar (miedito) en instantes y etapas de mi vida de las que anhelaría tener más fotos, y he encontrado 5 momentos vitales.

En mi caso, ya no es posible remediarlo, pero quizá tú estés a tiempo de conseguir lo que yo no pude: esos pedacitos de la memoria fijados en fotografía.

Me encantará que en la parte de los comentarios me digas si tú también te has planteado hacerte fotos en estos momentos, si tienes remordimientos como los míos, o si no le das mayor importancia. Siento mucha curiosidad.

Momentos vitales para recordar

La mayoría de las veces pensamos en hacernos fotos cuando queremos recordar algo, ¿verdad? Casi siempre nos centramos en eventos sociales, como las bodas, bautizos y cumpleaños.

Sin embargo, los 4 primeros momentos de los que te voy a hablar se pueden agrupar bajo el epígrafe de “la vida sin artificios”.

1) El embarazo.

Cuando estaba embarazada, quería fotos y nunca me las hice. Hubo una mezcla de no encontrar a la fotógrafa que me hiciera vibrar y de dejadez. Así de poco romántica soy a veces. Aún no me había puesto con esto de la fotografía y todavía no comprendía lo que me podía aportar. Y aunque yo me hice algunas, no son dignas de ser enseñadas, jajaja.

Pasaron los meses y el tiempo de mi embarazo se agotó. Ahora me enrabieto cada vez que lo pienso.

Que no te pase lo mismo, querida. Hazte fotos embarazada.

Busca a la fotógrafa que te retrate en esta etapa maravillosa y seguramente la única en la que tener barriga no será motivo de disgusto.

Si esa fotógrafa soy yo, contacta conmigo desde aquí para realizar tu reserva cuanto antes. El tiempo pasa muy deprisa.

2) Los primeros meses de la crianza.

Hay quienes quieren fotos de recién nacido, otras prefieren dejarlo para un poco más adelante. Lo de menos es el momento, pero no te quedes sin ellas.

Entre que te organizas los tiempos y te adaptas al nuevo orden establecido, es sencillo pasar por alto las fotografías.

Atesorar los primeros momentos de las vidas de nuestros hijos será un recuerdo maravilloso para ti pero también para ellos. Y pasan volando, así que hay que espabilar. ¿O no te ha pasado a ti de ver un recién nacido y a penas recordar cuando tu hija o hijo fue así?

Con las fotografías adecuadas conseguirás traer a la memoria hasta el olorcito que desprendían, mmmmm ♥

3) Con tus amigas.

Vamos a ver, nos hacemos fotos con los niños, con la pareja, con los monumentos de fondo… ¿y con las amigas no? Pues yo recientemente he descubierto que es una experiencia que hay que tener. Son recuerdos increíbles y las fotos sólo pueden salir bien. Porque con las amigas existe una conexión especial y es de bien dejarla ahí plasmada para toda la vida.

Hay mil momentos para esto: despedidas de soltera, viajes, divorcios (¿por qué no?)… Con ellas puedes ser tú misma, y os merecéis una sesión llena de cariño.

4) Cuando te sientes de maravilla.

Si estás atravesando una época increíble, sea la que sea, y sea por el motivo que sea, hazte fotos. Si estás bien estarás preciosa, radiante y eso saldrá por cada poro de tu piel. La foto no puede ocultarlo.

Además, será genial ver esas fotografías cuando no estés en horas tan altas. Podrás empaparte de esa energía que tienes ahora en otros momentos y servirte de ellas para  subirte el ánimo. Recordarte que es posible recuperarte y, que aunque no siempre es así, en ocasiones la vida es maravillosa.

La otra cara de la moneda, el lado oscuro que también es bueno recordar

Al invitarte a hacerte más fotos, seguramente habrás pensando en momentos puntuales de tu vida en los que fuiste feliz o te lo pasaste en grande. Esos en los que te sientes en la cresta de la ola, celebrando la juventud, el éxito o una etapa plácida con la gente adecuada y en el lugar adecuado. Cuando te sientes realmente bien, guapa, te apetece más sacarte fotos.

Pero la vida se compone de claros y oscuros.

A veces pasamos por momentos que desearíamos borrar. Un bache emocional en el que estás luchando o simplemente te sientes triste. Huyes de la cámara, no te apetece, no te sientes ni con ganas ni con fuerzas.

Probablemente pienses que no querrás acordarte de eso más adelante, que para qué hacerte fotos en este momento de tu vida tan feo, tan gris.

Yo te animo a que lo pienses dos veces.

La fotografía son recuerdos en forma de imagen pero también nos retratan y nos sirve de espejo. Si reúnes el valor suficiente para mirarte en él, hace que tengamos una relación con nosotras mismas muy diferente.

Lo que trato de decirte es que hasta el lado oscuro de tu vida puede servirte para hacerte fuerte, aprender de errores y comenzar a gestionar tus sentimientos de manera positiva. Y puede ser interesante para ti observarte precisamente en ese momento de sombras.

La fotografía es una herramienta, un medio de expresión. Úsala para tu beneficio.

¿Qué tal ahora?

Tanto pensar en el pasado y en el futuro, hace pequeño el presente.

Esta es mi sugerencia para hoy. Para ya.

Coge la cámara y haz fotos de tu ahora. ¿Dónde estás? ¿Con quién estás pasando el día? ¿Cómo te ves? ¿Y cómo te sientes?

O piensa en la experiencia de disfrutar de un día para ti, de cuidarte. Ir a la pelu, ponerte más guapa aún. Y dejarte querer, que la gente te mime, te adore y refleje toda esa belleza que llevas dentro y que tú, ahora mismo, no consigues ver.

Fotografía tu presente. Este es el mejor momento para hacerte fotos, para verte bonita, especial. Es un momento precioso para abrazarte. El ahora es el único tiempo real.

Escríbeme a través de este formulario si quieres reservar ya mismo tu sesión.

5 consejos para elegir correctamente a la fotógrafa de tus sueños y amar por siempre sus fotografías

5 consejos para elegir correctamente a la fotógrafa de tus sueños y amar por siempre sus fotografías

Muchas personas me preguntan por qué no llevo a mi hijo al pediatra que le corresponde y voy a otro centro de salud diferente, teniendo más cerca el que nos toca por zona.

También me preguntaron en su día por qué llevaba a mi hijo a un colegio que está a 30 minutos de nuestra casa en coche teniendo buenos coles a 10 minutos caminando (esto tiene especial peso en una comunidad pequeña, donde los recorridos tan largos no se conciben si no es para irte de fin de semana como mínimo). Se entiende menos cuando el cole es público y ni siquiera pago por ir.

Por supuesto, también me preguntaron por qué me fui a Barcelona a tatuarme, que si en Cantabria no había buenos tatuadores, que me tenía que ir a 700 kilómetros para hacerme un cactus.

La respuesta es sencilla: si sé que existe lo que quiero, que me gusta, que me toca la fibra, que está acorde con mis valores y mi estilo, ¿por qué voy a conformarme con lo primero que veo, lo fácil, lo que escoge todo el mundo, sólo porque está ahí? La resignación no va conmigo.

De lo bueno, busca siempre lo mejor, también en fotografía

Siempre he sido inconformista, es una característica muy mía. Si conozco algo extraordinario, lo bueno me parece insuficiente.

Me pasa con todo. A veces no me queda más remedio que ceder a regañadientes, cuando las circunstancias aprietan y mandan. Pero si hay una mínima posibilidad de conseguir lo que deseo, ¿por qué voy a renunciar a ello?

Si hay que ahorrar, se ahorra. Si hay que madrugar, se madruga. Si hay que pillar un avión, se pilla. Y si hay que esperar un año, pues se espera. Pero ya no me contento con menos.

Piénsalo. El otro camino sería más sencillo, pero no sería el tuyo. Al final, ¿estarías a gusto con el resultado sabiendo que existía una posibilidad que te lo daba todo?

En fotografía ocurre lo mismo. Si conoces el trabajo de un profesional que te enamora, que hace exactamente el estilo de fotografía con el que te sientes identificada, ¡ve a por él! Seguramente, él o ella te estará también buscando. Tú eres su clienta extraordinaria, de lo bueno, la mejor.

Cuando este encuentro sucede, saltan chispas, aquí y en cualquier sector. Hay feeling, entendimiento, energía que fluye. Llámalo como quieras, pero el resultado es un trabajo que se sale de lo normal. Y te diré una cosa: no te mereces menos.

Te pongo un ejemplo: mi experiencia con el tatuaje (y la tatuadora) no ha podido ser mejor, y te cuento por qué.

Cuando el trabajo de una persona te vincula con ella

Sabes de sobra que soy una persona muy emocional, me muevo desde dentro y si algo no me hace dar saltitos de alegría, es que no es para mí. Necesito sentir ese regocijo por dentro, ese pellizco que te hace vibrar y que surge cuando estás ante algo que está hecho para ti. Lo sabes, lo percibes, es algo instintivo.

Y eso me pasó cuando conocí el trabajo de Mónica Sampietro. Sus tatuajes se salen de la norma. Los trazos, el relleno, su forma de trabajar, es una puta pasada (siento la palabra malsonante, pero necesitaba ponerla para que entiendas la intensidad que tiene su trabajo en mí). En cuanto vi su trabajo, supe que lo quería.

Me iba a tatuar por primera vez, era algo que llevaba pensando meses y cuando encontré a la persona adecuada para hacerlo, ¡sorpresa! No había quien contactara con ella por la agenda que tenía. Cuando la abría, se llenaba en 10 minutos literalmente.

Era el horror, todo parecía indicar que era imposible conseguirlo. Pero mi cabezonería y la certeza de que no podría dejarme tatuar por nadie más, hizo que insistiera.

O ella o nadie, así de sencillo. ¡Me iba a pintar la piel para siempre! Necesitaba que me lo hiciera alguien que me causara precisamente esta locura. Necesitaba que quien me tatuase por primera vez fuera alguien a quien yo admiraba profundamente y que cada vez que viese un diseño suyo me hiciese desearlo con todas sus fuerzas. No había más posibilidades.

Cuando un estudio de Barcelona anunció que Mónica empezaba a tatuar allí, les escribí de inmediato. Y al cabo de unos días, y para mi gran sorpresa, me respondieron. Juan, su dueño, me llamó un domingo para agendar mi cita con Mónica. ¡Lo había conseguido! Me iba a ir a Barcelona y me iba a tatuar con ella.

Tras año y medio intentándolo, créeme, esto es para saltar de alegría y no parar. Locurón máximo.

 

¿Cómo es trabajar con alguien a quien admiras?

Abre bien los ojos porque te voy a contar un secreto: todos los profesionales buscamos al cliente ideal. Piensa en cualquier sector que puedas imaginar: fruta, zapatillas, pinchos caseros. Da igual. Todos y cada uno de nosotros te estamos buscando con tanta intensidad como tú buscas al profesional perfecto para ti.

Trabajar con alguien a quien admiras tanto es tan intenso como cuando encuentras a una persona que acude a ti, por tus servicios, y conectáis. Tú estás deseando trabajar con ella, y ella quiere trabajar contigo. 

De ahí sólo puede salir algo increíble. Las energías se juntan, la creatividad fluye y lo sería un servicio más, se transforma en la mejor de las experiencias.

Cuando Mónica terminó mi tatuaje, me preguntó: ¿cómo te sientes llevando un tattoo? A lo que yo le contesté: No llevo un tattoo, llevo una obra de arte en mi piel.

Y así surge la magia, así es como te llevas experiencias vitales de las que disfrutas el resto de tu vida.

Trabajar con quien admiras se hace sencillo y emocionante. Es como hablar con alguien a quien conoces toda la vida: te entiende, se pone en tu situación, hay respeto mutuo.

Cuando yo soy la que tatúa

Ay, amiga. A veces también me toca estar en el otro lado. A veces soy la persona a la que otra elige para llevarse sus recuerdos grabados en papel. La energía es la misma pero en distinta dirección.

Conectar para poder narrar el momento que estás viviendo. Es lo que le da sentido a mi trabajo, y es lo que me mueve cada día. Y eso sólo lo haces posible tú.

Hacer fotos a mujeres es lo que últimamente me hace vibrar más. Y cuando hay vínculo entre la mujer que retrato y yo, es emocionante.

Las fotografías recogen un momento valioso para ti. Son tus recuerdos más preciados, así que intenta escoger bien a la fotógrafa que va a encargarse de ellos. ¿Cómo saber si estás ante la persona adecuada para hacerte tus fotografías?

    • Mira con detalle su trabajo: observa otras fotografías que ha hecho para saber si es tu estilo. Quizá tengas ya una idea muy clara de lo que quieres, o preferencias con el color, la luz, un estilo más clásico o muy fresco… Antes de dar el paso, cerciórate de que el fotógrafo realiza la clase de fotografía que tú estás buscando.  Cuando observas su trabajo, ¿te imaginas siendo la protagonista de sus fotos? ¿Comparte tus valores y tu forma de entender la fotografía? Si tu respuesta es afirmativa, sigue con el siguiente paso.
    • Analiza cómo se expresa en su web, en su blog, en las redes: detrás de cada profesional hay una persona, nunca lo olvides. ¿Sientes que podrías entenderte con ella? ¿Que utiliza tu lenguaje y va a ser sencillo mantener una conversación? ¿Estáis en sintonía? ¿Sí? Pues adelante, sigue idagando.
    • Si has encontrado a alguien que te gusta, pero no se encuentra en el lugar donde vives, pregúntale si contempla la posibilidad de desplazarse antes de tirar la toalla. Si el fotógrafo siente que tú eres la clienta perfecta, seguramente no le importará tener que moverse. Eso sí, piensa que eso generará más gastos que se añadirán a su presupuesto inicial.
    • Si no tiene las tarifas publicadas en su web, pregúntale por ellas para saber si su trabajo se ajusta a tus posibilidades actuales. Pero, por favor, esto te lo pido de corazón, no intentes regatear el presupuesto que te dé porque cuesta un mundo ponerle precio a tu trabajo, y cuando lo haces, es el que es por una razón y en esa cifra final van incluidos numerosos aspectos. Si te encanta el trabajo de esa persona pero ahora mismo no puedes permitírtelo, puedes preguntarle por métodos de pago a plazos o, sino, quizá esperar un momento en el que estés más holgada y no te suponga quedarte tiesa de dinero.
    • Habla con el fotógrafo antes de tomar una decisión, aunque su trabajo te enamore. Una conversación con él/ella despejará cualquier duda que tengas sobre si es tu profesional ideal. En esa conversación podrás plantearle los puntos que sientes que son más sensibles, aquellos que te preocupan especialmente. Verás cómo se expresa, si te escucha. En definitiva, si la conexión que sentiste al ver su trabajo es real o sólo fue una ilusión. Después de esa conversación, ¿sigues sintiendo cosquillas en el estómago o en la piel? ¿Es como si esa persona supiera qué necesitas sin necesidad de demasiadas explicaciones? Ya no dudes más, es tu fotógrafo.

Indaga, compara y pregunta, que hablando se entiende la gente. Pero no dejes en manos de cualquiera tus recuerdos. Antes de tomar la decisión, piensa bien si la persona elegida va a saber capturar tu momento de la manera en que quieres.

Te mereces fotografías realizadas con mimo, que te emocionen, y que toda la experiencia de la sesión sea inolvidable. Como un tatuaje 😉

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