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2. No todo vale, y ¿qué hacemos con lo que no vale? Eso es, tirarlo. De lo contrario nuestro ordenador estaría lleno en pocos días. Borrar es la clave, así que sé muy selectiva con las imágenes y quédate sólo con aquellas que de verdad te gustan. Por ejemplo, si tienes 3, 4 o más fotografías de una misma escena, puedes ayudarte del modo encuesta en Lightroom, así verás las fotos juntas y podrás decidir mejor cuál de ellas es la elegida. Este paso es imprescindible y sé que la mayoría os lo saltáis. Así que no tengas miedo y borra.
3. Etiquetar las fotografías es un paso que suelo realizar cuando voy a volcar las fotos en mi ordenador. Pero desde la importación, las palabras claves se aplican a todas las fotografías. Por eso, cuando tienes tus fotos ya seleccionadas, es un buen momento para añadir otras palabras claves más específicas que te ayuden aún más a clasificar y ordenar tus imágenes.
4. Es hora de editar. Gracias a la gran selección que has hecho en los pasos anteriores, habrás llegado aquí con muchas menos fotografías para editar. Así que ya has ahorrado muchísimo tiempo. Pero aún hay más. Todos acabamos teniendo una edición favorita (una o varias) y que es la que aplicamos constantemente en nuestras fotos. Si aún no utilizas tus propios presets, tienes que empezar a utilizarlos ya mismo. Con un simple click estarás aplicando una edición completa a la imagen y sólo te quedará ajustar ligeramente. Ten en cuenta que un pequeño retoque individualizado siempre es necesario, ya que cada foto tiene unas características y eso hace que la misma edición no se vea igual en todas las fotos. Así que haz los retoques necesarios, ¡y listo!