A tan sólo unos días de comenzar una nueva edición de nuestro reto del verano, traigo a la ganadora del año pasado, que disfrutó de una beca para hacer los cursos online, para que te cuente de primera mano cómo fue su paso por Agosto en 31 clicks.
Ella es Lorena, de México, mamá de 3 maravillosos niños y educadora. Además, se dedica a promover y acompañar el contacto y la crianza de otras madres y padres. Se confiesa amante de la fotografía tras todos estos meses practicando.
Y te voy a ser sincera, dar un premio de esta envergadura no es sencillo. La decisión de quién se lleva la beca formativa no es aleatoria, sino que requiere un análisis objetivo de la participación realizada en el reto. Hay que elegir a alguien a quien veas con potencial pero que no sepa de fotografía y, sin embargo, tenga muchas ganas de aprender. Y claro está, alguien con mucha capacidad de trabajo que esté dispuesta a estar durante medio año, formándose y realizando un curso tras otro.
Tengo que decir, que tras todo este tiempo y ver la implicación y la evolución de Lorena, no puedo estar más contenta con la decisión de darle a ella la beca. Su trabajo ha sido extraordinario, pero sus ganas, su inquietud por avanzar son dignas de ser nombradas y reconocidas.
Sin ninguna duda, ha sido una gran merecedora de este premio.
? Lorena, ¿cuál era tu nivel de fotografía antes de hacer el reto?
Si hay nivel menos cero, ese era el mío. Siempre me llamó la atención la fotografía pero nunca la había aprendido. Recuerdo toda mi secundaria con una cámara de rollo colgando de mi cinturón todos los días. Gastaba bastante dinero en revelados porque me apasionaba la posibilidad de congelar momentos y emociones, pero lo hacía así, a lo loco. Después de esa época, la fotografía en mi vida no pasaba de lo que podía pescar con el móvil, así, como todo el mundo.
? ¿Por qué te apuntaste al reto y qué esperabas de él? ¿Tenías alguna motivación en concreto o fue algo impulsivo?
Supe de tu existencia y la de tu cámara, cuando vi las fotos de familia que le hiciste a Elena, y me encantaron. Como me quedó clarísimo que quería unas para mí, no dudé en aprovechar mi viaje al otro lado del charco para encargarte un estudio y, aunque todavía no sabía de la existencia del famoso reto, ese día me quedé con el cuscús de la fotografía. Así que, en cuanto vi la invitación en Facebook a #agostoen31clicks, no lo dudé ni un momento. ¿Motivación? Pues leí las bases y pensé, ¡vaya premio! Pero lo digo de verdad, nunca pensé que podría ganarlo, éramos cientos de participantes, yo no iba a por él. Me inscribí porque me parecía super divertido, fue sólo por eso, por pasarlo bien.
? ¿Cuál fue tu experiencia durante el reto? ¿Te resultó motivador? ¿Encontraste dificultades? ¿Qué es lo que más te gustó del desafío?
El reto me atrapó desde el día uno, es muy, muy motivador. Invité a participar como a 10 conocidas mías y eso le puso un toque especial, porque entre nosotras íbamos viendo las fotos de las demás y comentando.
Me declaré oficialmente enganchada cuando me vi a mi misma, a las 2 o 3 de la mañana, abriendo el mail para saber el tema del día (en México tenemos unas horas menos y el reto de cada día arrancaba antes de que acá saliera el sol). Así que antes de amanecer mi cabeza ya estaba tramando la foto del día.
Lo que no me esperaba era aprender sobre fotografía. De verdad que el tip de cada día fue para mí un gran regalo, porque pude integrar algunas ideas de composición y edición que sin darme cuenta iban transformando mis fotografías.
¿Dificultades? Creo que si estás motivada y tienes un móvil a la mano (y tres hijos, je), pues va saliendo sin darte cuenta. Es que es divertido. Hay días que cuesta un poco, que lo que se logra no te convence, pero nada que no se pueda resolver con un poco de paciencia y observación.
? Nos gusta pensar que el reto, aunque tenga premios para animar a la participación, es también un desafío personal bastante fuerte. Hay que demostrar constancia, algo de organización y echarle bastante imaginación al asunto. ¿Lorena, a ti qué te aportó Agosto 31 clicks en el plano personal?
Creo que completar el reto sí es un reto, valga la redundancia. Yo aprendí que lo que no me era fácil es recuperar temas anteriores, en cuanto me atrasada un día ya me sentía menos motivada. Así que decidí hacer lo posible por ir en tiempo, aunque a veces mi “orgullo” me hacía dudar de subir alguna foto que no me gustaba mucho, subirlas tal cual me ayudó más a poder terminar. Ser constante y despertar cada día con el tema ya en la cabeza, para llevar la antena puesta y estar atenta para detectar ese momento inesperado que te trae la foto que buscas. Esa sensación de ir al día y sobretodo de terminar el reto en tiempo, fue muy gratificante para mí. Echar un vistazo de vez en cuanto a todas las fotos me encantaba y me encanta todavía.
? El reto también ha servido para ver otras galerías de fotografías a las que quedarse enganchada. En tu caso, ¿descubriste otros perfiles de Instagram de compañeras del reto que no conocías y que ahora sigues?
Sí, claro. Para empezar, yo no tenía cuenta de Instagram, la abrí para el reto. Así que las personas a las que sigo básicamente las fui siguiendo durante el reto. Hacer clic en el hashtag del día y ver el trabajo de los demás participantes me iba mostrando estilos diferentes y muy interesante que poco a poco iba siguiendo, y aprendiendo de ellos también. Bueno, eso y los que nos recomendabas durante el reto, fotógrafos profesionales que definitivamente inspiran.
? Hace poco, hablando con una amiga, recordaba que el año pasado el tema de uno de los días fue “nubes”, y que justo ese día no había ni una en el cielo español. Estaba limpio y reluciente, pero sin embargo la gente se volcó con imaginación y buscó nubes o una representación de ellas de otras formas. Nos divirtió volver a recordar lo ocurrentes que habían sido algunos participantes. ¿Recuerdas algún tema del reto con el que tengas algo que destacar? Quizá algún recuerdo especial por la dificultad del tema, o por algo que ocurrió mientras buscabas al foto, una anécdota, etc. Nos encantaría saber qué foto es para poder publicarla con la entrevista.
Yo creo que sería #splash31clicks. Esa foto fue para mí muy difícil porque estaba en un baño pequeño, de noche, con poca luz y artificial (y por primera vez consciente de lo que significa tomar una foto en esas condiciones). Empezaba a hacer mis intentos de manejar un poco los parámetros. Quería que se viera el agua que brinca de la tina así que por primera vez tuve que pensar un poco en eso de la velocidad y el ISO, cosas totalmente nuevas para mí pero que iba aprendiendo en los tips que nos compartías en los mails del reto. Sí, estaba en el móvil, pero usaba Procam aplicación que también conocí por ti.
? A veces me gusta recuperar las fotografías presentadas a través del hashtag #agostoen31clicks. ¿Lo has hecho alguna vez, echar la vista atrás y ver las fotografías que presentaste en su conjunto?
Sí, muchísimas veces. Como ya dije, abrí Instagram para el reto y son las primeras 31 fotos de mi perfil. Cuando voy a por una siempre echo un ojo a todas y me encanta volver a vivir desde el recuerdo.
? Y de todas las fotografías que hiciste para el reto, si sólo pudieras elegir una, ¿con cuál te quedarías? Es difícil señalar sólo una, lo sé.
Me cuesta mucho escoger. Por un lado, en casi todas salen mis hijos, así que pierdo toda objetividad y me gana el corazón. A cada una le encuentro algo especial. Pero si tuviera que elegir sólo una me quedo con #lineas31clicks.
?¿Por qué elegirías esa?
Esta foto me gustó por la experiencia al tomarla. Mi hija estaba jugando en las escaleras y yo sólo coloqué la reja de madera y me senté a observarla. Tomé muchísimas fotos. Al principio ella me miraba, me hablaba, posaba, hasta que se acostumbró a verme ahí y se puso a su mundo, como si yo no estuviera. Me gustó el resultado pero sobretodo me gustó esa experiencia de estar un rato observando en silencio y esperando la foto del día. Esa sensación de no provocar la foto sino de esperarla. Me gustó sentirme un espectador invisible.
? Ahora llega la típica pregunta, la que no puede faltar, la comprometida… ¿te esperabas ganar?
Nunca jamás. Ya lo comenté un poco arriba, leí los premios y pasé un poco de largo porque no los veía cercanos en absoluto. Éramos cientos de participantes y yo nunca me había ganado nada, además de que yo no tenía ni idea de fotografía y había fotos muy buenas en el reto. Creo que ver tantas participaciones en el reto fue bueno para mí, porque me hacía pensar que era imposible ganar así que me centré únicamente en divertirme, en la experiencia de terminarlo. Es más, el día que se publicó la ganadora, o sea yo, je, no abrí el mail temprano, me puse a hacer otras cosas. Entonces una amiga me mandó un mensaje al celular que decía: “Estoy emocionadísima, ¿ya viste tu mail?” Yo no entendía de qué me hablaba, le pregunté que a qué se refería y sólo me contestaba: “¡abre tu mail!”
Puf, cuando leí mi nombre no podía creerlo, ¡qué emoción! Me regresé al principio del mail para volver a leer con calma, a ver si es que había entendido bien el mensaje. Luego tomé una captura de pantalla y lo mandé a mi familia y amigos. ¡Había ganado! Todavía me emociono muchísimo de recordarlo.
? Ha sido un año intenso desde enero a junio, formándote con los cursos que te ganaste como premio. Empezaste con Fotografía desde Cero, después llegaron Héroes y EncuadrArte y hace poco has finalizado tu beca con el curso de I love Me. ¿Cómo te sentías con la fotografía antes de realizar los cursos y cómo te sientes ahora?, ¿crees que has evolucionado desde entonces?
Bueno, como la noche y el día. Tengo claro clarísimo que este camino se hace andando, que me falta y me cuelga un montón de tiempo y de experiencia para asentar, tomar estilo, perfeccionar. Pero no puedo ni comparar lo que sabía y vivía con la fotografía de lo que sé y vivo ahora. Desde entender y manejar mi cámara, cuestiones técnicas, de composición, de manejo de luces, etc. Hasta la manera como me siento y me pongo detrás de ella. Y sobre todo es que las miro de manera distinta, tanto mis fotos como las de otros. Ahora siento que miro mucho más allá de lo que podía mirar antes. Creo que más allá de lo aprendido, hoy puedo mirar un poco más le experiencia de quien la tomó y la emoción que llevaba esa foto detrás. Es como otra manera de ser y estar tanto detrás de la cámara como de frente a las fotografías.
?¿Qué curso es el que más te ha sorprendido? ¿Dónde sientes que has hecho la mayor evolución? ¿Con cuál te has divertido más?
Cuando estaba en el primer curso pensaba: wow, este será el mejor de todos. Pero luego llegaba el segundo y me pasaba lo mismo, y con el tercero y el cuarto. Yo creo que es que cada uno tiene lo suyo que lo hace especial y que no puedo irme por uno más que por otro.
En Fotografía desde cero es en el que más aprendí. Por eso, porque llegué en menos cero y salí de él incapaz de volver a poner mi cámara en automático, no puedo, ya no me sabe igual. No puedo expresar todo lo que aprendí.
Ejercicio final de Lorena para Fotografía desde Cero (febrero (2017)
Héroes es una gozada. De este salieron las fotos que más me gustaron, porque son mis hijos los que le dan ese plus a mi vida y por lo tanto a mis fotos. Aprender a mirarlos de diferente manera y de congelar para siempre esos momentos, esas caritas sucias, esas risas, esas poses. Este curso es un tesoro que toda madre debería regalarse.
Ejercicio de Lorena para la primera semana de Héroes (marzo 2017)
Encuadrarte fue el que más me costó. No fue fácil meterme a retos mayores de composición a menos de dos meses de haber usado mi cámara en manual por primera vez. Pero me deja grandes ideas y algunos intentos de mirar más allá de la foto del día a día.
Trabajo de Lorena para la primera semana de Encuadrarte (mayo 2017)
I love me fue simplemente maravilloso. Llegué con bastantes reservas, eso de estar de frente al objetivo me ponía muy nerviosa. Acabé más que encantada con esta experiencia de mirarme y reconocerme. De atreverme a estar sola frente a la cámara y de compartir con un grupo de mujeres que vivían este mismo proceso a la vez que yo y que también lo compartían conmigo. De este curso salí muy contenta de estar conmigo y de mirarme en todos los sentidos. Es un curso para amarse, tal cual.
Así que si alguien me pregunta cuál tomar, yo le diría que todos y pronto. Me siento más que encantada por la experiencia y todo lo que me llevo. Muchísimas gracias, Rebeca, de corazón.
Trabajo de Lorena para la segunda semana de I Love Me
Gracias a ti, Lorena. Por tu capacidad de trabajo y por ser la alumna ideal durante todos estos meses ♥
Puedes ver las fotografías que Lorena presentó en el reto pinchando sobre este hashtag: #lorenabgv31clicks
Y tú, ¿quieres ser la ganadora de este año? A Lorena le parecía algo imposible, pero lo consiguió. recuerda que no se trata de ser la mejor haciendo fotos, se trata de ponerle muchas ganas, porque eso es lo que aprecio en mis cursos, personas con muchas ganas de aprender y mucha pasión por la fotografía.
El primer paso es apuntarse al reto, ¿lo has hecho ya?
Tras varios años escondida en la sombra de las letras de un blog y de mi cámara de fotos, he decidido sacarme de un golpe la vergüenza y mostrar de una forma más rotunda.
Mientras escribo esto, me sudan las manos y tengo un nudo en la barriga. Porque sí, soy muy vergonzosa y lo paso fatal. Pero puede más el odio que le tengo a los límites que me impongo yo sola que la vergüenza. Lo he decidido y llegaré hasta el final. Quiero echar abajo de una vez por todas el temor que más me paraliza: dejarme ver.
Así que, terapia de choque. ¿Qué mejor forma que grabar vídeos como una posesa y compartirlos contigo? ¡Allá voy!
Mamá, quiero ser YouTuber
He decidido que la constancia y la repetición pueden ser mis grandes aliadas, así que me he propuesto un reto personal bastante duro: durante los próximos 10 días, empezando desde mañana mismo, publicaré un vídeo por día en mi canal de YouTube. Por supuesto, serán vídeos sobre fotografía.
Mi hijo de momento no me ha dicho que quiera ser youtuber, pero en los tiempos que corren y con el desparpajo que tiene sumado a lo que le gusta hacer vídeos, no lo vería complicado, la verdad.
Pero ya me ha dicho que me ayudará con mis vídeos durante estos días, y eso me hace muy feliz. Me siento acompañada y eso siempre da seguridad.
Así que, este mensaje es para mi madre: Mamá, que voy a salir en la tele, pero en la de Youtube. Tu nieto, ahí anda, haciendo sus pinitos en el mundo audiovisual. Pero de momento está más a sus cosas: aprender, divertirse, el Rock and Roll. Lo típico.
Ya en las últimas semanas he ido subiendo algunos vídeos, pero a partir de mañana quiero que esto se convierta en una costumbre semanal. No sé si lo conseguiré o moriré en el intento (de vergüenza o de agotamiento) porque, quien piense que esto es encender la cámara y listo, está muy equivocado.
Los vídeos dan un trabajazo impresionante. Pero, oye, que ya está bien de posponer algo que llevo mucho tiempo queriendo hacer.
Lo calculé fríamente durante la emoción del momento, cuando estás pensando en la idea y todo te parece fenomenal (y después, cuando te relajas, cunde el pánico ante la magnitud real de lo que te has propuesto): primero publicaría en mis redes sociales que me lanzaba de cabeza a un desafío, y después ya no habría marcha atrás. Tendría que hacerlo sí o sí, era la manera de obligarme.
Tras soltar algún improperio del tipo «¡maldición!, ¿qué acabo de hacer?», reuní fuerzas y resolución. Rebeca, tú puedes. A por ellos.
Reto 10 días / 10 vídeos
Son diez vídeos de nada, me dije. Uno detrás de otro, me recordé. Nada imposible.
Una vez anunciado en Facebook e Instagram, rajarse no era una opción. Y de esta manera me metía en un nuevo fregao. Porque me gustan los retos. Porque yo lo valgo. Y porque me gusta aprender cosas nuevas.
Cuando empiezo algo, me gusta hacerlo bien. Así que, en resumen, ¡os voy a freír a vídeos! A partir de mañana, martes 30 y hasta el jueves 8 de Junio, un vídeo cada día en mi canal de YouTube.
Mientras esperas, para que no te aburras y yo sienta tu aliento (que lo necesito), puedes ir haciendo estas cosas:
Suscribirte al canal, (si no lo has hecho ya) en este link >>> https://goo.gl/2ZkMdt
Enviarme sugerencias de temas que quieras que trate en los vídeos por mensaje en Facebook, Instagram o a info@rebecalopeznoval.com.
Será de gran ayuda porque quiero hacer contenido de tu interés.
Compartir esta entrada con tus amigos, porque así llegará a más gente, y porque compartir es amar, y eso siempre está bien.
Animarme, dejando mensajitos de cariño en los vídeos y diciendo lo guapa y lo maja que soy.
Vale, me has pillado, el 4 no es necesario, pero se agradece XD
Al final del reto, ¡sorteo!
Como sé que te gustan los alicientes, cuando termine el reto haré un sorteo aleatorio entre la gente que cumpla estos requisitos:
Viva en territorio nacional (península, Ceuta, Melilla, Islas Baleares e Islas Canarias). El envío del premio sólo se efectuará en este ámbito geográfico.
Deje un comentario en cada uno de los vídeos contándome qué es lo que más te ha gustado de cada uno de ellos. Al final, tendrás que tener como mínimo 10 comentarios (uno por vídeo). Puedes dejarme más, claro. Cuéntame lo que quieras, que me hace ilusión leerte.
Yo prometo hacer vídeos super chulos, cortitos, para que verlos sea una tarea sencilla de realizar. Que te cundan y te sean útiles.
Son sólo dos cositas de nada y al hacerlo te puedes llevar algo bonito, práctico, que te comerás con los ojos: ¡UNA AGENDA TAMAÑO GRANDE DE CHARUCA! De las que están a punto de salir, nuevas y relucientes. Para que tú también te marques objetivos, desafíos y los lleves a término con éxito. El sorteo lo realizaremos el lunes 12 de junio entre los participantes.
Llevo un tiempo utilizando agendas para organizarme mejor y, aunque aún me queda trabajo por hacer en este sentido, siento que ayudan a centrarme, a desarrollar las tareas que tengo que hacer a diario, a planificar mejor los meses y a animarme cada día. Porque son tan bonitas que sólo verlas por la mañana en el escritorio ya te infunden ganas de trabajar. En fin, que me voy a hacer con una de ellas y he pensado que regalarte una sería una forma bonita de agradecer tu apoyo durante este reto. Espero que te guste la idea.
¿Me vas a ayudar?
Yo estoy segura de que sí, de que lo harás. Porque además mi idea es que los contenidos de los vídeos sean de tu interés.
Trataré de contarte cuestiones sobre fotografía que puedas aplicar y que sean beneficiosas para ti, desde mi punto de vista personal y profesional.
Además, esta semana es especial. Si estás atenta tanto al blog como al canal de YouTube, descubrirás otra sorpresa que tengo reservada para el miércoles 31. Es algo que aún no puedo desvelar pero estoy segura de que te encantará. ¡Yo estoy emocionada!
¡Qué nervios! Me voy a grabar que ya tengo las primeras ideas para los vídeos.
Un besazo y ¡hasta mañana!
¿Te has puesto alguna vez delante de la cámara? No me refiero a si te han hecho alguna vez una foto, claro que te han hecho fotos. Me refiero a ponerte delante de la cámara tú sola. Sin barreras. Sin defensas. La cámara y tú, como si de un espejo se tratara, y gritarle al objetivo lo que piensas.
Yo sí. Es una prueba de fuego.
Ponerse frente al objetivo y dejarse llevar para ver qué sale, es una experiencia reveladora.
Al principio da muchísima vergüenza. Seguramente no te atrevas ni a mirarle de frente. Pero a la vez hay algo que engancha, la curiosidad, el reto personal, que te hace repetir.
Quieres intentarlo de nuevo, ver si puedes ir más allá, si la foto sale mejor, si consigues ver algo más en tu foto, algo más de ti misma, aunque sea tras un personaje, una interpretación. Como cualquier actor que se mete en un papel, siempre hay algo de su propia personalidad en él, ¿no te parece?
El camino de autorretratarme.
En febrero hizo 6 años que cogí mi cámara y le puse el modo manual por primera vez.
Sin tener ni idea, me embarqué en un 365 para probarme a mí misma que de verdad quería aprender a hacer fotos en modo manual. Que quería y que podía hacer algo que durase en el tiempo.
Por aquel entonces seguía a unos cuantos fotógrafos que hacían un proyecto como el mío. Pero lo hacían con doble mortal hacia atrás, porque además de hacer una foto al día durante todo un año (ahora sólo pensarlo me entran sudores fríos) lo hacían de si mismos. Es decir, que se autorretrataban.
Mi admiración hacia esas personas era enorme. Me parecía increíble lo que hacían. Yo odiaba (y ahora tampoco es que me guste mucho) ponerme delante de la cámara. Me daba una vergüenza horrible verme, no reconocerme… Y pensé que jamás sería capaz de hacer un autorretrato. Pero para mi sorpresa lo conseguí, y además muy pronto.
Si te apetece saber cuál fue mi primer autorretrato y la historia que hay detrás de él, no te pierdas la clase del próximo martes. Allí te lo contaré todo.
Pero es que además a ese le siguieron unos cuantos más. y para cuando estaba terminando el proyecto, los autorretratos se hicieron cada vez más importantes. De hecho, hubo una época en la que era lo que más hacía. Gracias a ellos aprendí muchísimo. Aprendí mucho de fotografía. Ponerse delante y detrás de la cámara es lo que tiene, que te hace ponerte las pilas a muchos niveles. Fue un aprendizaje brutal.
Pero el mayor de los aprendizajes no fue técnico, fue personal. Recorrí un camino maravilloso y doloroso a partes iguales. Cada click era una catarsis, una conversación conmigo misma.
Muchas veces no me reconocía. Otras me miraba con mucha atención después de hacer la foto y estudiaba mi cara, mi expresión, y me quedaba atrapada allí, pensando en lo que me había llevado a ello…
Es un proceso increíble en el que da miedo zambullirse, pero que si lo haces, si encuentras las fuerzas, dejará una huella inconfundible. Y por supuesto, mucho aprendizaje personal, mucho.
I love Me
Después de todo ese recorrido nació este curso. Ya no sé cuantas ediciones he hecho, pero lo que sí sé es que en cada una de ellas vuelvo a sumergirme de nuevo con otras mujeres. Y que el proceso es maravilloso. Lloramos, reímos y, sobre todo, nos hacemos compañía. Este es el único curso de los que imparto en el que sólo podemos participar mujeres. Quizás suene raro, quizás si eres un hombre y me estás leyendo pienses que no es justo. Pero te aseguro que es mejor así. Las mujeres a veces necesitamos nuestro espacio, soltar lastres que la sociedad, esta sociedad mayormente masculina nos ha marcado a fuego. Y sé que tú no eres de esos, pero esto necesitamos hacerlo sin ti. Gracias por comprenderlo.
A punto de empezar una nueva edición y tras un año sin impartirlo, los pelos se me vuelven a poner de punta sólo con imaginar lo que nos deparará esta nueva edición.
Al escribir este post, y repasar mi trabajo en autorretrato, me he dado cuenta de que tengo uno favorito. De hecho, esa imagen fue mi foto de perfil durante muchísimo tiempo. Recuerdo que conocí a mucha gente en persona (y a la que sólo conocía de las redes hasta entonces) que pensaba que llevaba esta cara normalmente, a diario xD
¿Y sabes por qué es mi favorito? Pues hay varias razones.
La primera de ellas, es que soy una persona muy muy vergonzosa. Me gusta hacer el payaso, pero a la vez lo paso realmente mal cuando lo hago. Y esta es de las pocas imágenes que tengo en las que estoy haciendo un poco el tonto y mostrarme así, sin parecer una persona seria, de verdad que me cuesta horrores.
La otra razón es que este autorretrato me ha dado muchísimas alegrías en los cursos de I love Me. La primera edición que hice de este curso, terminó con una foto de todas las participantes con esta misma pose. Fue un curso intenso y maravilloso. Nunca lo olvidaré.
Y una de las últimas ediciones, que igualó el nivel de compromiso y de intensidad, terminó de la misma forma. Pero es que además esa edición terminó el día de mi cumpleaños (que por cierto es este jueves día 11, por si te apetece mandar unos bombones 😛 ) Y las chicas me regalaron un vídeo precioso con sus caras y unas palabras de esas de que se te calan. Aún me emociono al recordarlo.
Entiendes que sea mi favorita, ¿verdad?
Con esta cara me despido. Que no es la que suelo tener todos los días, pero es con la que quiero que te quedes hoy, para que te arranque una sonrisa.
Lo prometido es deuda. Y como os encantó el making of del bambú, os traigo un nuevo vídeo en el que podéis verme de nuevo detrás de la cámara persiguiendo la foto.
Antes de seguir, quiero dejar clara una cosa. En muchas ocasiones, sobre todo cuando fotografiamos a niños, hacemos un montón de fotos y después sólo nos quedamos con un puñado. Es algo habitual y necesario. Cuando fotografiamos algo en movimiento, es imprescindible disparar tantas veces como podamos, es la única forma de asegurarse alguna fotografía nítida y, cuantas más fotos, más probabilidades tienes de captar justo el momento adecuado.
De esta sesión que te muestro hoy, saqué un montón de fotografías y, siendo sincera, creo que me quedaría sólo con una, la que encabeza este post.
Hay otras pocas que son pasables, pero que tampoco me emocionan como la primera. Y el grueso de esta sesión pasará a mejor vida en la papelera, sin piedad. No le encuentro sentido al guardar imágenes que se parecen, que están bien pero son sosas y no me dicen nada. Prefiero quedarme con aquellas que siento realmente especiales, originales o expresivas.
Sí, así es como se hace para no llenar tu disco duro de millones de fotografías. Borrando. A lo bestia.
Otro aspecto del que me gustaría hablar es del cambio de objetivos. Sé que es una lata tener que cargar con tantos aparatos, sobre todo cuando vas de excursión o haces una salida de ocio. Pero lo cierto es que en alguna ocasión, por las condiciones del terreno y los elementos que te rodeen, la foto te pedirá un cambio de objetivo.
Espero que con el vídeo quede más claro lo que quiero decir.
Dos objetivos y un destino: conseguir el mejor resultado.
A lo película del oeste. Desenfundando la cámara mientras frunzo el ceño para escudriñar la foto.
Como te comentaba antes, en esta sesión he utilizado dos objetivos diferentes: el canon 85 mm 1.8 y el 35 mm 2.0. Al principio llevaba el 85 mm puesto, pero pronto pensé que el 35 mm sería más adecuado y daría más juego.
En resumen: el uso de uno u otro objetivo influye de forma radical en el resultado. Tienes que probar y hacer muchas fotos para ver cómo cambia la imagen con uno u otro. Cuando lo tengas dominado, lo harás de forma instintiva.
El making of de «En la ría»: fotografías en el observatorio de pájaros de Tarro Blanco
Una vez más me muevo en terreno peligroso y te lo grabo en vídeo para que sientas la tensión en tus carnes: ¿me tropezaré?, ¿caeré rodando a la ría? o ¿saldré airosa de la situación?
Porque ya sabes cual es una de mis premisas. Hay que moverse. Para arriba, para abajo, alrededor. Si hace falta, hay que echarse al suelo y ensuciarse. Si no lo haces, nunca sabrás si la imagen habría quedado mil veces mejor desde otra perspectiva.
En el vídeo también puedes ver cómo he jugado con las líneas que la caseta me ofrecía. En esta ocasión, líneas horizontales (sobre todo) y verticales, pero siempre líneas rectas. Esto es composición. Imagina una caseta con la fachada lisa. ¿A que no habría sido lo mismo?
Por último, puedes ver que en esta ocasión la edición en blanco y negro oculta algunos detalles que pueden distraer al espectador y resalta otros que, en mi opinión, favorecen el resultado. Ni la textura de la madera, ni el verde del entorno. Lo que hace que las fotos sean dinámicas y atractivas son las líneas y las formas.
Dejo de enrollarme y te muestro el vídeo:
En la ría: las fotos de la sesión.
Esta son las fotos resultantes de lo que has visto en el vídeo.
Me gustaría que, sobre todo, te dieras cuenta de la cantidad de distracciones que teníamos alrededor: la ría, pájaros, árboles, carretera, hierba, etc. Y de cómo no he sacado a penas nada de eso.
Focalizarse en una zona, en unos detalles, y obviar otros es cuestión de mucha práctica. No quiero que pienses que está chupado. Pero también quiero que sepas que fotografiando, lo aprenderás.
Hacer una buena fotografía cuesta mucho. Tienes que conocer la técnica, ir con los ojos muy abiertos, experimentar para ver qué falla y qué funciona. Moverte, cometer errores, aprender de ellos.
Así que, si estás en ello y todavía no te salen las fotografías como esperas, no te desanimes, ¿vale?
Recuerda:
muévete mucho (y fotografía desde todos los ángulos y puntos de vista que puedas)
saca un montón de fotos (sobre todo si tu protagonista o tú estáis en movimiento)
intenta aprovechar los elementos que tienes alrededor que pueden aportarte orden, dirección, ritmo (como las líneas) y saca de tu encuadre los que te distraigan (los que no contribuyan a tu propósito y encima puedan atrapar la mirada de quien observa la imagen)
Me gusta cuando compartes conmigo tus experiencias con la fotografía. Si llevas algo de esto a la práctica, ¿me lo contarás en los comentarios?
Si me sigues desde hace tiempo, sabes que una de las cosas que más me apasionan de la fotografía es ver el trabajo de otras personas.
Me encanta pasearme por las redes y empaparme de la experiencia de grandes fotógrafos. Creo que, si bien cada persona ha de ser fiel a su propio estilo, este es un ejercicio que reporta muchos beneficios. Observando lo que otros hacen aprendes, te oxigenas el cerebro y le das un empujoncito a tu inspiración cuando ésta se estanca.
Además, yo me lo paso pipa viendo imágenes increíbles, con grandes dosis de emoción, composición y luz. A veces es tan hipnótico que una vez dentro de un buen porfolio se me hace difícil salir de ahí. Atrapada por la página, voy buceando entre las fotografías casi sin pensar hasta que me topo con imágenes potentes que se me quedan en la retina por alguna razón, y el dedo se para en seco para deleitarte un buen rato con ellas. ¿A ti también te pasa o soy la única que se queda enganchada?
El caso es que si eres un poco como yo y también disfrutas conociendo a otros fotógrafos, toma asiento y prepárate para una buena dosis de fotografía, porque hoy quiero mostrarte a 3 mamás, que además documentan la infancia de sus hijos de una manera asombrosa y con las que yo disfruto muchísimo.
3 mujeres que te van a hacer pararte en seco y abrir la boca para soltar un “oooooooh” y varios “uaaaaaaaaau”, y a las que no querrás perder de vista nunca más 😀
Aquí van estas fotógrafas que, además de ser madres, también son una fuente inagotable de aprendizaje e inspiración. ¡Comenzamos!
Cristina Díaz
Mamá de tres con un gusto maravilloso y un buen ejemplo de cómo no hay nada que esté definido en tu vida y puedes ser lo que quieras ser. Porque Cristina consiguió hacer de su afición su profesión actual, pero sus comienzos fueron bien distintos.
Sin embargo, ahí está, haciendo unas fotografías maravillosas. Sus fotos en blanco y negro me embelesan y admiro su capacidad para atrapar expresiones.
Además de fotografiar niños, Cristina hace muchas sesiones de bodas y, personalmente, me encanta también su estilo en este tipo de fotografías aunque, como sabes, no es la temática que más me gusta.
Si te casas y todavía no tienes fotógrafo, no dudes en contactarla. Yo lo haría.
Me chifla su trabajo. Si tengo que destacar algo, me quedo con sus composiciones y su blanco y negro, que es maravilloso.
Si paseas por su cuenta de Instagram encontrarás alguna foto en color, pero pocas. De lo que estoy segura es que no podrás salir de ella durante un buen rato. Tómate tu tiempo y disfruta de las vistas. Hay imágenes preciosas.
Charo tiene un estilo que se reconoce a distancia, y eso es otro de los factores que me gustan de un fotógrafo.
Celeste Pavlik
Sigo a esta fotógrafa desde hace años y me maravilla lo que hace. Tuve la suerte de tenerla como formadora en curso de fotografía online y disfruté como una enana. La conocía antes de este curso, pero desde entonces sigo su trabajo con más interés.
Sobre todo me quedo con las fotos en interior y su forma de interpretar las luces y las sombras.
Actualmente, está colaborando en un proyecto de filmación muy interesante llamado 24 frames. A Filming project, así que de vez en cuando, en su galería de Instagram y en su blog puedes ver vídeos con mucha sensibilidad fotográfica. Te los recomiendo.
Esto va por rachas, nos pasa a todo el mundo. A veces estás que no paras, tienes una idea tras otra y no te da la vida para llevarlas todas a cabo. Y de pronto pasas por una época (pueden ser unas horas, un par de días o meses enteros) en la que te sientes estancada.
Así que espero que, si no conocías a estas fotógrafas, esta entrada te sirva para activar tu creatividad o, como mínimo, estimularte para que vayas corriendo a por tu cámara de fotos y comiences a crear tus propias imágenes. También quiero que queden como ejemplo de cómo ser mamá y fotógrafa es compatible. Ya sea como afición o como profesión.
Si te ha gustado este post me encantaría que me lo dijeras en un comentario, porque si sé que te gusta más adelante te mostraré otro puñado de fotógrafos para que puedas ampliar tu mirada.
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