Por estas semanas se cumplen 11 años de mis inicios en la fotografía, y de realizar por fin, esas fotos que quería hacer a mi hijo. Por supuesto el resultado deseado no llegó de inmediato: constancia y mucha práctica fueron necesarias para llegar a conseguir las fotos que deseaba.
Como muchas de las que estáis por aquí, mi motor principal para adentrarme en la fotografía fue mi hijo, y mi objetivo principal, por aquel entonces, era hacerle mejores fotos. Tener un álbum familiar bonito y que refleja nuestra familia de una forma fiel.
Si tú también estás en este punto, te invito a que te quedes por aquí, porque durante las próximas semanas vamos a hablar de nuestro álbum familiar, ese que vamos a crear nosotras con nuestra familia, y de algunos aspectos que, personalmente, se me hacen muy importantes para conseguir lo que queremos. Pero antes de nada: ¿Qué es lo que queremos?
¿Por qué hacemos fotos?
Internet nos ha aportado innumerables cosas positivas. Una de mis favoritas es la cantidad de información que tenemos a nuestra disposición. Es maravilloso, claro. Pero también esconde un pequeño problema: podemos saturarnos, perdernos o abrumarnos ante tanto contenido, inspiración, referentes… Suele ser habitual que no consigamos enfocarnos o perdernos en los porqués de otras personas.
Por eso pienso que es muy importante que tratemos de reducir el ruido alrededor, y pensar en nosotras por un momento. Porque aprender a hacer fotos es relativamente sencillo. Hay una teoría y es la misma para todas las personas. Pero lo que va a hacer la diferencia y lo que realmente enriquece tus fotos es tu por qué. Si partes desde ahí va a ser mucho más sencillo y sobre todo hará que no te tropieces todo el tiempo con la frustración.
Así que, antes de nada, te lanzo la pregunta: ¿por qué quieres hacer fotos a tus criaturas?
Es importante que desarrolles esta respuesta. Bucea activamente en tus razones. Escríbelas en un cuaderno, tómate tu tiempo y trata de ahondar lo máximo que puedas.
Si sabes qué es lo que quieres conseguir, es más fácil que llegues hasta ello.

3 recursos para trabajar de forma consciente sobre tus fotografías de familia.
- Coge una libreta y escribe en ella algunos conceptos que se te vengan a la cabeza de tu infancia/adolescencia y que te guste recordar. Puedes ponerte música que te ayude a evocar esos momentos, pero lo importante es que te tomes un tiempo para entrar en la idea y conectar un poco con los recuerdos. No te bases en nada visual, porque eso lo haremos después.Recopila anécdotas, o listas de palabras, lugares, etc.
- Vuelve a un lugar del que tengas recuerdos en tu infancia y quieras retomar. Puedes ir sola, con tu familia actual, y si tienes la gran suerte de regresar con tu madre/padre/hermanos, pues ya sería una maravilla. ¿Cómo has encontrado el lugar? ¿lo recordabas así? Anota todo lo que te ha hecho sentir ese sitio y lo que recordabas de él.
- Mira tu álbum de fotos de la infancia. Rescata tus recuerdos, ahora sí de forma visual, mucho más gráfica. Esto te va a proporcionar un viaje increíble por tu infancia. Recordarás hasta los olores. Anota emociones que te despierta, sensaciones, recuerdos, historias…
Puedes hacer todas las ideas, una de ellas, combinarlas como creas… lo importante es despertar lo que significó para ti tu infancia, esos recuerdos que guardas con más cariño y tener presente eso que quieres también para tus criaturas. Y ese será tu objetivo principal, la raíz de tus fotos, de tu mirada hacia su propia infancia.
Hacer click desde ese lugar te va a garantizar una experiencia fotográfica mucho más rica, emotiva y que perdurará en el tiempo.
La próxima semana continuamos hablando de tu álbum de familia y de cómo conseguir fotos que atesoren tu por qué, para asegurarte un testimonio fiel de tu forma de entender tu vida en familia.
Cuando era adolescente y pensaba en dedicarme a la fotografía, me decía a mí misma: mejor dedicarme a otra cosa, porque es muy complicado destacar en la fotografía y ser buena. Acabarás trabajando en una tienda de revelados de fotos.
La era analógica, cierta idealización de la fotografía como arte y poca visión de futuro me hicieron girar en el camino cuando era joven.
Si hoy retomo esa creencia que instalé dentro de mí, soy capaz de ver en ella un montón de cosas más allá del miedo al fracaso. Y hoy quiero compartirlas contigo.
Nuestra relación con el arte.
Así define la RAE la palabra arte:
- m. o f. Capacidad, habilidad para hacer algo.
- m. o f. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.
Pero, en demasiadas ocasiones, le colocamos al arte unas connotaciones diferentes: pensamos que el arte requiere que un ser superior te toque con su varita mágica para darte el don de hacerlo. Y por supuesto a mí (nosotras) eso no nos pasa.
Después de acercarme a la fotografía, si pienso en el arte, lo hago desde una perspectiva muy diferente. Para mí el arte es una forma de expresión. Algunas personas se manejan con el lenguaje, y escriben maravillosamente bien y bonito.
Otras lo hacen a través del dibujo, la ilustración… y te invitan a su mundo de belleza, fantasía y creatividad. Otras utilizan la música, y componen o cantan o tocan un instrumento… y otras, utilizamos una cámara.
Se dice del arte que debe emocionar a quien lo contempla. Y no digo yo que no tenga o pueda ser así. Pero entonces estamos dando por hecho que lo hacemos hacia fuera, para el otro, para exponerlo y exponernos.
Y claro que puede ser así, y es genial hacerlo, y que lo que has creado guste. Es maravilloso.
Pero no nos olvidamos del principio, de la raíz: expresarnos. Y si tu sientes la necesidad de expresarte, la fotografía es una herramienta extraordinaria para ello.

Expectativas vs realidad.
El mundo a través de las redes sociales ha potenciado muchas cosas positivas, como por ejemplo, tener mucha información a nuestro alcance, poder aprender cosas que antes nos era muy difícil, o comunicarnos instantáneamente sin importar la distancia.
Pero también ha fomentado el vivir hacia afuera, de cara a los demás y el estrés por ser vistas de una forma perfecta.
Nosotras las adultas podemos sentirnos un poco más a salvo, porque todo esto nos ha pillado ya con la cabeza más colocada, pero las personas jóvenes tienen un panorama estremecedor en este sentido. Es muy difícil colocar todo esto con ciertas edades.
Pero ninguna persona escapa de esa sensación en las redes, de esa intimidación que nos produce las expectativas que se generan ahí fuera.
Hacer fotografía hoy en día se ha vuelto muy sencillo, llevamos una cámara en la mano las 24 horas, pero en cambio, la exposición y las referencias, nos hacen sentir pequeñas en muchas ocasiones. Y se nos hace bola pensar que no llegaremos a un nivel imaginario que está en nuestras cabezas y que se ha creado a base de ver las referencias de ahí fuera.
Eso puede paralizarnos, frenarnos y desechar la idea de que nosotras también podemos hacer fotos.
Vivir hacia afuera.
Como te contaba antes, es habitual que ahora todo lo hagamos hacia afuera, para ser mostrado. Con la fotografía se ha perdido un poco el norte, y aunque está bien utilizarla de la forma que te apetezca, hoy me gustaría traerte una idea diferente de ella, y partir de un punto totalmente diferente con ella.
Si fotografiamos pensando en el resultado, en cómo nos va a quedar la foto, en si gustará cuando la enseñe… nos perdemos el viaje completo de la fotografía. Por no hablar de la ansiedad que eso genera, y de lo bloqueante que es a nivel creativo.
Hoy te propongo que prestes atención al momento, al por qué de la foto, a lo que te atrapa en el presente para que quieras guardarlo en el futuro. A que viajes con tu imagen y disfrutes de todo lo que te aporta conectar. El click es solo un movimiento con el dedo. Es una fracción de segundo. Pero si puedes quedarte un momento alrededor de ese click, la experiencia será mucho más amplia.

La fotografía consciente.
Siempre he vivido la fotografía desde un plano muy personal. Pero ha ido evolucionando con el tiempo. El concepto de fotografía consciente me parece el más acertado para hablarte de cómo vivo yo el arte de hacer fotos. Y cada vez más, me doy cuenta de que es una necesidad para mí. Fotografiar es algo que necesito hacer para comprender el mundo. Más que para mostrárselo a otros (que también).
Y hace un año creé un espacio donde poder desarrollar todas las vertientes de este tipo de fotografía, porque me encanta compartir esta forma de hacer fotografía. En la Comunidad F hemos conseguido crear un lugar íntimo y seguro para aprender, pero hacerlo así, con cariño y buscando en cada imagen un sentido.
Y como ahora cumplimos un añito, estamos celebrando y queremos compartir contigo muchas cosas, entre ellas, que puedas entrar en este espacio que solo abre sus puertas dos veces al año. Esta será la última del 2021.
La Comunidad F.
Si tuviera que recrear un espacio para acoger a esta comunidad, me lo imagino en un jardín pequeño y acogedor, con mucho verde, y zonas cómodas para sentarse, compartir y charlar juntas sobre fotografía y sobre la vida en general como madres y mujeres.
No tenemos un lugar físico, pero eso también es una suerte. Porque encontrarnos oline nos acerca mucho en realidad. Podemos juntarnos mujeres de todas partes: de varios puntos de España, pero también de México o mujeres que han atravesado continentes y se han mudado de país en varias ocasiones.
La diversidad nos enriquece, nos inspira, nos motiva y nos cautiva. Y así es como un espacio online se convierte en un refugio donde poder disfrutar de la fotografía de una forma mucho más íntima y personal: sin miedo al error, a crear, a probar… En definitiva, a aprender.
Así lo cuentan algunas de las mujeres cómplices de este espacio:
“En estos meses he aprendido mucho y no solo de fotografía, sino también de humanidad porque Rebeca ya sabéis lo sensible que es y lo comprometida que está con la infancia y las mujeres.
Además tengo la suerte de compartir este espacio con mujeres maravillosas que me aportan un montón en todos los sentidos.
Por eso te digo, no lo dudes y vente a compartir con nosotras. Es un lugar entretenido, divertido y donde seguro aprenderás muuuchas cosas.”
Susana.
“La Comunidad ha sido para mí la oportunidad de aprender técnicas y recursos y de practicarlos semanalmente, pero sobre todo de volver a ilusionarme por la fotografía y de formar parte de una comunidad de mujeres estupendas con las que compartir esta bonita afición.
Gracias Rebeca por crear para nosotras este bonito espacio para nosotras.”
Jéssica.
“Rebeca la anfitriona, cada semana nos prepara la mesa camilla con cada una de las propuestas para hacernos sentir cómodas y seguras para trabajar el mes con ilusión y confianza, sin miedo a fallar o a no “dar la talla” la verdad que para mí más que la Comunidad es mi tribu fotográfica, mi vía de escape en el caótico ritmo del día a día, la forma de encontrarme y disfrutar de algo mío que me hace sentir bien, una excusa para recuperar cositas que quedan en el camino cuando eres mamá. Y lo mejor: poder compartirlas con esta tribu bonita y aprender gracias a Rebeca como avanzar pasito a pasito.”
Manoli.

Nuestro calendario mensual.
En la Comunidad trabajamos en un formato mensual. Cada mes desarrollamos nuestro trabajo sobre un tema troncal para poder profundizar en él y sacarle jugo.
Así lo hacemos:
El primer jueves de mes nos reunimos y charlamos sobre el tema del que vamos a aprender. Ese encuentro (como todos) queda grabado, porque algunas personas no pueden asistir en directo. Así puedes verlo cuando quieras.
El segundo jueves del mes, lo utilizamos para hablar sobre algún tema complementario al tema troncal. A veces buscamos inspiración, otras ahondamos más en la técnica, etc.
El tercer jueves de mes hacemos un break y lo dedicamos a presentar una actividad más creativa y especialmente pensada para poder realizarla con nuestras criaturas.
La última semana, nos toca sentarnos a analizar lo que hemos hecho desde una perspectiva personal. Cada una desde el punto en el que se encuentra, preparo un feedback para cada una, a través de una foto presentada sobre el tema troncal.
Además, la comunicación es muy importante para nosotras, por eso tenemos dos espacios privados:
Un grupo de facebook, en el que trabajamos, compartimos nuestras imágenes y desarrollamos las dudas que puedan ir surgiendo.
Y nuestro grupo de Telegram: un espacio más personal y lúdico, donde compartimos todo lo que nos apetece con nuestras cómplices de la Comunidad F.
Ahora La Comunidad F abre sus puertas hasta el viernes 17 de septiembre, y puedes disfrutar con nosotras del viaje que supone la fotografía.
Si quieres ser una de nuestras cómplices, o quieres conocer más de este espacio, puedes hacerlo desde aquí.
Y si tienes alguna duda, puedes charlar conmigo de ello desde aquí.
Feliz semana ❤️
¿Cuánto partido podemos sacarle a una ventana? Yo este fin de semana he comprobado que mucho. Es un elemento increíblemente fotogénico, y puedes jugar con él de muchas formas. Por eso en el post de hoy quiero hablarte de 5 formas de utilizar este elemento.
Quizás lo más obvio es centrarnos en la luz, pero podemos jugar con ella de múltiples formas. Las composiciones, las texturas, los colores, etc.
Para ilustrar el post, te dejo fotos hechas en una misma ventana, pero utilizándola de diferentes formas. Sin duda ha sido mi elemento favorito de este pasado fin de semana en mi albergue favorito.
¿Comenzamos?

La luz.
Cuando empezamos con la fotografía, es habitual pensar que en los interiores de las casas no hay suficiente luz. Incluso la mayoría de las veces tiramos de flash. Pero si aprendemos a utilizar nuestra cámara en condiciones, nos daremos cuenta de que podemos (y tendremos mejores resultados) utilizar la luz que entra por una ventana, por pequeña que sea.
Si la ventana es pequeña, y el espacio grande, la luz será todavía más especial, así que disfruta y juega con ella.
Algo importante a tener en cuenta, es que la luz va variando a lo largo del día y del año. Por eso desde una misma ventana podemos conseguir efectos muy distintos. Dependiendo de la altura del sol, y de si está soleado o nublado. Investiga y recréate en cada una de sus fases.

Enmarca desde el interior.
¡Qué bonitas son las fotos mirando por la ventana! Me encanta el ambiente que se crea. El contra luz genera una atmósfera melancólica y romántica. Aprovecha a tope esas cualidades.
Busca la mejor perspectiva, y cuida mucho las líneas, para que la ventana se vea bien y no sufra distorsiones indeseadas. Es importante que no se vea torcida.
Si ves elementos que distraigan o molesten, no dudes en apartarlos. Modifica el espacio todo lo que puedas o necesites.

Enmarca desde el exterior.
No siempre es posible hacerlo desde la calle, pero cuando se puede, la ventana puede dar mucho juego. En este caso hay que tener más cuidado con la perspectiva y las líneas que desde dentro. Ya que normalmente no estaremos a la altura de la ventana, y es más probable que las líneas se nos vayan. No olvides cuidarlas al máximo en la toma, y si es necesario, ayudarte de la edición para corregirlas y que se vean bien.
Desde fuera tenemos mucha más luz, por lo que será mucho más sencillo registrar la cantidad que necesitamos. Así que puedes jugar con menos miedo.

A través de la ventana.
Los cristales, los reflejos, los marcos de la propia ventana… son elementos que tenemos que aprovechar.
Puedes salirte fuera y hacer la foto con la ventana cerrada, pero también puedes abrirla y servirte de la hoja de la ventana abierta para crear cosas bonitas y especiales desde el mismo interior.
Ten mucho cuidado con los reflejos, trata de que no salgan cosas indeseadas en zonas importantes como ojos. Y sobre todo cuida de no salir tú reflejada. A no ser que es lo que estés buscando.

Juega con el cristal.
Como decía, es un elemento increíble en sí mismo. Pero además podemos pensar en otras formas de utilizarlo. Dibujar en él, crear efectos con agua… el límite es tu imaginación, como se suele decir.

Además de todo lo dicho anteriormente, te aconsejo que tengas en cuenta el color y las texturas. Son aspectos importantes para crear imágenes bonitas. En este caso se han utilizado gamas de colores cálidos para darle armonía al conjunto.
¿Te ha gustado el resultado? ¿Se te ocurren otras formas de utilizar una ventana? Me encantará leerte en comentarios.
Y si te apetece aprender fotografía, estás de suerte. El próximo 10 de febrero comienza fotografía desde cero. Y durante 4 semanas estaré trabajando contigo mano a mano para que por fin le cojas el gusto a tu cámara y aprendas recursos muy valiosos de luz y composición. ¡Tu familia va a alucinar con las fotos que les vas a hacer!
¡Corre a por más info aquí, que se acaban las plazas!

Estamos muy acostumbradas a ver fotografías. Hace no tantos años, no teníamos, ni por asomo, dicho hábito. ¿Recuerdas cuando teníamos que esperar a ver nuestras fotografías del viaje de fin de curso? Si me dices que no lo recuerdas, es que eres demasiado joven, pero te queremos igual ♥
Hoy en día, es una locura. Vivimos rodeadas de fotografías por todas partes. Las cámaras digitales, los dispositivos móviles, y por supuesto las redes sociales, han facilitado que nuestra cultura visual sea mucho mayor que hace 20 años.
Pero aún nos cuesta mucho mirar una imagen, y detectar por qué nos engancha, qué nos gusta de ella.
Pues hoy quiero escribir sobre ello, ya que en el proceso de aprendizaje me parece muy importante. ¡Vamos a ello!
Consumir sin asimilar
Lo normal es que veamos cientos de fotografías al día. Vamos dando al me gusta cuando alguna llama nuestra atención, pero aun así, sólo la dedicamos un par de segundos o tres. Pero, ¿qué nos hace darle al corazoncito? ¿Por qué nos gusta esa imagen?
Si estás aprendiendo fotografía, te recomiendo que inviertas tiempo en ejercitar tu capacidad de análisis y ver en una foto ya hecha, aquellos elementos que te hacen pararte en ella. Con este ejercicio, que al principio cuesta un poco (como todo en la vida), conseguirás agilizar tu mirada a la hora de hacer tus propias fotos. Además, irás asimilando lo que funciona y lo que no, y lo interiorizarás sin darte cuenta.
Es un gran ejercicio, de hecho forma parte de nuestro curso de fotografía sobre composición: EncuadrArte.
Aspectos que podemos analizar
Puedes empezar analizando aquellos aspectos que conozcas, como reglas de composición sencillas. Y con el tiempo ir ampliando el análisis.
También puedes observar aquello que, aunque no conoces, detectas en la imagen y de alguna forma te atrapa.
Veamos qué tipo de cosas puedes analizar en una fotografía.
- Datos exif: Son los datos más técnicos con los que se ha hecho la toma. En algunas redes sociales, y si el autor lo permite, están accesibles. De esta forma puedes ver cómo se hizo. Analiza y piensa por qué crees que tomó esa decisión y no otra. También reflexiona sobre cómo crees que afecta a la fotografía y cómo sería de haber tomado otra decisión diferente.
Si no tienes accesibles los datos exif, también puedes tratar de adivinarlos. Es interesante hacerlo de esta forma, ya que hacemos el trabajo al revés: vemos la foto, y pensamos en cómo podría estar hecha.
Estos son los datos a analizar en este apartado (puedes analizar otros, pero estos son los más básicos):
- Apertura del diafragma
- Velocidad de obturación
- Iso
- Focal elegida
- Composición: la composición es la forma en la que colocamos los elementos dentro de un encuadre. Disponerlos de forma atractiva para el ojo es lo que diferencia una fotografía increíble de una correcta. Hay quien juega con ella de forma magistral y entonces nos atrapa en su imagen.
Hay reglas muy básicas, que se aprenden cuando empezamos a fotografiar. Y otras más elaboradas, que conseguimos manejar y comprender cuando ya tenemos cierta destreza. Aquí enumero algunas sencillas que puedes empezar a observar:
- Regla de los tercios
- Regla de la mirada
- Espacio negativo
- Profundidad de campo
- La luz: esta la podemos meter dentro de la composición. Pero es tan importante en fotografía, que me parece que se merece su propio lugar.
Observarla, pensar en su dirección, la intensidad, cómo ha medido la persona que hace la foto, etc, puede ser un ejercicio muy divertido.
La luz determina en gran medida el estado de ánimo de la imagen.
- La edición: otro de los aspectos vitales de la fotografía. Si analizas cosas como: el color, el contraste, la saturación, los matices, el balance de blancos… Conseguirás ver más allá y percibir por qué esa foto te ha enganchado.
No todo es hacer click
Cuando estamos aprendiendo, tenemos que acostumbrarnos a ver un poco más allá. Hacer muchas fotos es importante, pero también observar aquellas que funcionan y ver qué puntos las hace tan interesantes. Con este ejercicio conseguirás aligerar ese proceso, y hacerte consciente de lo que a ti te gusta en una fotografía. Algo básico para poder desarrollar un estilo personal.
No se trata de acertar todo, de hecho, no vamos a saber si acertamos o no en la mayoría de las ocasiones. Pero el poner a trabajar nuestro cerebro hará que vayamos comprendiendo y asimilando. Te lo recomiendo.
El próximo martes más y mejor. ¡Un abrazo!
Hoy voy a hacer un pequeño salto en mi DIARIO. No me desvío del tema en realidad, pero será un post que mezclará lo práctico con el alma. Hoy quiero escribirte cómo me enfrento a la cámara, cómo hago yo mi trabajo personal. Espero que te sirva de ayuda para lanzarte a tu propia búsqueda. Y recuerda que esta es la forma en la que yo lo hago, pero no tiene que ser la única vía.
Antes de leer este post, y si no lo has hecho ya, te recomiendo que leas los dos anteriores. No es que sea indispensable, pero entenderás un poco mejor lo que es para mí el autorretrato. Aquí tienes el primero sobre procesos personales vividos a través de la fotografía y aquí el segundo, sobre las diferentes formas de vivir el autorretrato.
Enfrentarse a una misma.

Ahora sí, continuamos con lo que hemos venido a hacer. Y es que en las últimas semanas me veo llena de ganas de retomar el autorretrato.
Hacía mucho tiempo que no lo practicaba, porque el autorretrato es una de esas cosas que sólo puedes desarrollar cuando te nace de dentro y hay que estar en un momento concreto de tu vida para que te apetezca.
A veces es un momento gris, oscuro, partes de una dificultad que te lleva a la reflexión y el autorretrato te ayuda a liberar fantasmas, miedos y otras cosas que de algún modo, quieres que desaparezcan o al menos que te dejen un poco tranquila.
Esa fue mi primera etapa con el autorretrato. La más intensa y un camino increíble que descubría por mí misma y que después me llevó a querer mostrárselo a otras mujeres.
Es tan difícil como parece y en ocasiones quieres mirar hacia otro lado. Pero la verdad es que aligera las cargas y es una gran ayuda en el trabajo personal. Una herramienta increíble que te hace avanzar en tu propio crecimiento.
En otras ocasiones, lo que te acerca al autorretrato es todo lo contrario, un momento maravilloso contigo misma, en el que deseas observarte y verte bien. Puedo decir bien alto que me encuentro en este momento. Y también diré que me ha costado sudor y muchas lágrimas llegar hasta aquí. Supongo que habrá momentos de los otros más tarde o más temprano, pero desde luego me enfrentaré a ellos desde otra perspectiva totalmente diferente.
Así que ahora mismo puedo asegurar que el autorretrato me ha llevado a mi parte más presumida, pero que no me siento mal por ello. De hecho, me siento muy bien.
Muchas mujeres hemos crecido pensando y sintiendo que no estamos bien. Que nuestro físico no vale, está mal, es grande, o pequeño, o ancho, o estrecho… O de la forma que sea, pero no es válido. Sacudirse todo eso de encima es costoso, por eso cuando lo consigues te dan ganas de soltar un: «¡chúpate esa!» bien grande al universo, y no parar de mirarte y decirte a ti misma «¡pero qué guapa eres!».
En realidad, paso de pensar que ahora soy presumida o vanidosa, porque no se trata de eso. Es simplemente que ahora me encuentro en un momento maravilloso en el que me reconozco y me gusto.
Me ha costado años y muchos kilos (y dinero, de paso). Así que sólo puedo regocijarme en ello y abrazarlo bien fuerte. Y hacerme fotos para inmortalizarlo, claro XD.
Pasos a seguir para autorretratarte.

Vamos a la parte más técnica, la menos romántica del asunto. Y sea la razón que sea que te ha traído hasta aquí, puedes servirte de estos pasos.
De hecho, durante mis dos fases (tanto la que se originaba en un hecho negativo como la que partía de un reconocimiento positivo) he trabajado de la misma forma.
Un momento para ti.
¡Qué importante es reservarnos tiempo para nosotras y qué poco nos lo regalamos! Aunque sea una horita a la semana, es vital para empezar nuestro autocuidado. Necesitamos regalarnos momentos de calidad para nosotras mismas.
La casa puede esperar, los niños pueden estar un rato con su padre, o con sus abuelos (esto los primeros meses de la maternidad es impensable, seguramente ni siquiera te apetezca separarte de tu pequeño. Llegará, no te apures. No lo fuerces, ahora estás en otras cosas). Pero la vida pasa, y tú con ella. Así que si hace falta, anótalo en tu agenda bien grande para que nadie descoloque la planificación: esta horita de este día, es toda para mí.
Es uno de estos momentos en los que podemos aprovechar para hacernos fotos.
El pasado fin de semana disfruté de una sesión para mí solita. Afortunada que soy, se alinearon los planetas y pasé sola desde el sábado por la noche hasta el domingo bien tarde. Y pese a estar en casa, encontré las ganas de prepararme un poco y ponerme frente al objetivo. Es un juego divertidísimo.
Busca un espacio que te arrope y te dé seguridad.
Lo más fácil es hacerlo en casa, sobre todo al principio. Con el tiempo puede que adquieras confianza y te atrevas a salir a la calle. Yo soy más de interior, me gusta el retrato y autorretrato más íntimo. Pero desde luego las opciones son infinitas, y lo importante no es el lugar escogido, lo importante es que te sientas cómoda.
En casa puedes buscar la estancia que más te guste, que tenga la luz más bonita y, de paso, descubrir nuevos detalles de ese espacio que estás harta de ver cada día.
Mueve muebles, quita cuadros, descoloca y vuelve a colocar. Es un ejercicio que te dejará cansada pero a la vez satisfecha. No dudes en emplear toda tu energía en esta tarea.
Prepara la logística.
Está claro que necesitas tú cámara, pero aparte de eso, ¿ qué más? Trata de organizar todo lo que vayas a utilizar en la sesión para no perder mucho tiempo, especialmente si lo tienes guardado.
Busca la ropa, atrezo, accesorios y todo aquello que quieras utilizar para tu sesión y ponlo a mano para ir cambiando o incluyéndolo en tus fotografías.
Puede que utilices todo y puede que utilices más, pero tener una ligera idea es ideal para ir un poco a tiro hecho.
Déjate llevar.
Este es mi punto favorito. Yo soy muy de improvisar. Me gusta tener algunas cosas controladas, pero lo que me da vidilla es la improvisación (en esto del autorretrato).
Además, de esta forma los resultados son más interesantes, bajo mi punto de vista. Si estás buscando un autorretrato personal, en el que te veas de verdad, lo mejor es que vayas perdiendo el control de la situación para dar paso al instinto. Sólo así serás capaz de descubrirte de verdad. Aprender sobre ti, descubrir otras facetas que tienes escondidas, es un trabajo fascinante.
Para esto habrá mujeres que necesiten más tiempo, y otras que enseguida se suelten delante del objetivo. Por eso es importante tener en cuenta los puntos anteriores para que consigas relajarte: será más fácil que llegues a esta desinhibición si sientes que lo demás está bajo control.
La técnica.
Si ya sabes sobre fotografía, al menos disparar en manual y un poco de composición y del manejo de la luz, te recomiendo que también disfrutes de esto porque así también podrás explorar otro terreno creativo.
Observa los encuadres, cómo incide la luz si te pones así o de la otra manera. Apoyarnos en la técnica es importante a nivel fotográfico, pero además, nos ayuda también a no pensar demasiado en lo que estamos haciendo. Igual que el resto de puntos anteriores, te permitirá soltarte y relajarte para llegar a crear un autorretrato más real de ti misma.
Pero no te obsesiones con ello y, sobre todo, si aún no sabes disparar en manual, que esto no te detenga. Muchas de las mujeres que han pasado por I love Me han realizado el taller en automático y su viaje ha sido tan maravilloso como el del resto de compañeras.
Espero que hayas disfrutado del post de hoy y que te sirva de trampolín para lanzarte al autorretrato, ¿te veo en la clase de la próxima semana?
Un abrazo ♥